La Transición Energética es el 'viaje' rumbo a una economía sostenible mediante la energía renovable, la eficiencia energética y el desarrollo sostenible. El objetivo final es la abolición del carbón, la energía nuclear y otros recursos no renovables, de forma que el mix esté compuesto únicamente de energías renovables.

La energía renovable incluye la eólica, biomasa (como el biogás y gas de depuradora), la energía hidroeléctrica, energía solar (térmica y fotovoltaica), la geotérmica y la energía oceánica. Estas fuentes renovables han de servir como una alternativa a los combustibles, como los combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural) y el combustible nuclear (uranio).

Las medidas parciales a menudo solo tienen un potencial limitado, por lo que la aplicación oportuna de la transición energética requiere de enfoques múltiples en paralelo. La conservación de la energía y la mejora de la eficiencia energética, por lo tanto, juegan un papel importante. Un ejemplo de una medida de conservación de la energía eficaz es mejorar el aislamiento de los edificios; una muestra de la eficiencia energética es la cogeneración de calor y electricidad. Los medidores eléctricos inteligentes pueden programar el consumo de energía para los momentos en que la electricidad está disponible a bajo costo.

Un ejemplo de un enfoque integral es DESERTEC. Este concepto se ve dramáticamente en expansión de la producción de electricidad a partir de plantas ajustables de energía solar térmica en el sur de Europa, norte de África y Oriente Medio. La vinculación de las redes de transporte de electricidad de estas regiones, a fin de complementar la energía variable renovable disponible localmente con los excedentes y las fuentes de energías renovables ajustables de otras regiones.

Tokelau es el primer país del mundo que ha concluido la transición energética, ya que no cuenta con mix eléctrico, al obtener toda la energía que necesita de la electricidad solar.

Las Naciones Unidas impulsan un proyecto revolucionario y hoy técnicamente posible: la urgente transición desde los recursos energéticos no renovables y contaminantes a la energía limpia y sostenible. Una transición capaz de satisfacer las necesidades energéticas de la humanidad y que constituye un componente clave para evitar los desastres ecológicos y sociales y hacer posible un futuro sostenible.