En los últimos años, la pobreza energética se ha erigido como uno de los motivos de preocupación de la sociedad. Mientras que en países en desarrollo el problema de la pobreza energética es, fundamentalmente, la dificultad de disponer de suministro, en el contexto de países desarrollados, se refiere a la dificultad de mantener la temperatura adecuada en el hogar.

El estudio La pobreza energética en España: Aproximación desde una perspectiva de ingresos elaborado por la Cátedra de Sostenibilidad Energética del IEB-Universidad de Barcelona y publicado por la Fundación Naturgy plantea una aproximación a esta problemática desde la vertiente de los ingresos de los hogares, en base al análisis económico de la relación entre la pobreza energética, el consumo energético y los elementos vinculados a la renta de la familia.

El informe sostiene que la pobreza energética es una dimensión más de la pobreza, con un punto de partida en común: la insuficiencia de los ingresos familiares para hacer frente a los gastos, que en el caso de la energía permitan mantener una temperatura adecuada en el hogar y tener unas condiciones de vida dignas.

Radiografía de la pobreza energética en la Región de Murcia

El estudio, que fue presentado recientemente, concluye que la tasa media nacional de pobreza energética para el periodo 2011-2017 fue de un 8,3%. Este registro se eleva al 9,6% en el caso de la Región de Murcia, lo que le convierte en la quinta comunidad autónoma con mayor tasa de pobreza energética del país solo por detrás de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y La Rioja. Si observamos su evolución, esta tasa media alcanzó un pico máximo de 11,1% en 2013, y, a partir de entonces, comenzó a descender paulatinamente hasta alcanzar su nivel mínimo en 2016, un 7,9%.

A partir de la investigación de la Cátedra de Sostenibilidad Energética, se puede configurar un perfil de los hogares españoles en situación de pobreza energética: están ubicados en áreas rurales o con menor densidad de población; viven en régimen de alquiler; en edificios de 25 años o más, y en zonas con condiciones meteorológicas extremas de calor o frío; y son hogares unipersonales o monoparentales, sustentados en buena parte por mujeres. Además, los hogares en situación de pobreza energética suelen tener bajos porcentajes de familias que han terminado los estudios de educación superior.

En el caso de la Región de Murcia, casi el 70% de los hogares en situación de pobreza energética se ubican en edificios que tienen más de 25 años de antigüedad, el 22,4% de las familias son unipersonales y un 6% monoparentales.

No obstante, el estudio destaca que el aspecto que tiene más influencia en este tipo de pobreza es la situación laboral de los miembros que residen en la vivienda. La probabilidad de que un hogar se encuentre en situación de pobreza energética en España aumenta un 9,3% cuando el sustentador principal está desempleado. En el caso concreto de la Región, el 23,9% de los hogares murcianos en situación de pobreza energética tiene a su sustentador principal en situación de desempleo, frente al 7,8% de los hogares que no se encuentran en estas circunstancias.

El informe también analiza la pobreza energética en función a los ingresos medios anuales y los gastos anuales en energía de los hogares. En concreto, la media de los ingresos anuales de los hogares de España se sitúa en 22.786 € y el gasto anual en consumo energético alcanza los 1.099 €. En el caso de la Región de Murcia, los ingresos de los hogares se sitúan por debajo de la media nacional, con 20.994 €, solo por delante de Extremadura, Canarias, Andalucía y Castilla-La Mancha. Por lo que respecta al gasto anual en energía, este índice se sitúa en 1.022 €, el quinto más bajo del país, por detrás de Canarias, Comunidad Valenciana, Andalucía y Asturias.

Propuestas para afrontar la pobreza energética

El estudio concluye que las medidas para paliar la pobreza energética deben abordarse desde dos ámbitos: por un lado, con políticas sociales, que permitan incrementar los ingresos de las familias, por otro, con políticas de eficiencia energética, para promover la reducción del gasto. El informe también concluye que las reformas estructurales son el objetivo deseado, pero, dado que su aplicación es costosa, son recomendables alternativas de bajo coste y rápida aplicación.

En este sentido, cabe destacar las principales iniciativas sociales desarrolladas por la Fundación Naturgy como el Fondo Solidario de Rehabilitación Energética, con el que ya se han realizado actuaciones para mejorar la eficiencia energética en 800 viviendas de familias vulnerables en España; la Escuela de Energía, que ha formado a más de 17.000 personas en municipios de todo el país; y el Voluntariado Energético, que con más de 500 empleados adheridos, ha ayudado a más de 3.000 familias a mejorar sus conocimientos en materia de energía y a mejorar las condiciones de eficiencia energética de su hogar.