La madrugada del domingo 27 de octubre termina el horario de verano y empieza el horario de invierno. A las 3.00 horas de la madrugada habrá que atrasar los relojes una hora hasta las 2.00 horas. De esta forma, a partir de ese día nuestro país recuperará la que se considera la hora oficial en España, que no es más que ir una hora por delante del tiempo que marca el meridiano de Greenwich.

Cuando llega otoño los días comienzan a ser más cortos, las horas de luz son menos y eso, de por sí, afecta al humor de los miembros de la familia. Los niños, los mayores de 50 años y las personas afectadas por alguna demencia son los menos tolerantes al cambio.

Así afecta a los más pequeños

Los niños sufren las consecuencias del cambio horario y la falta de luz. La hora de acostarse llegará una hora antes, con lo que eso conlleva en su propio ritmo circadiano. Adaptarse al nuevo ritmo de sueño y de comidas les costará unos días, sobre todo a los pequeños de 0 a 3 años. En algunos niños pueden aparecer alteraciones del sueño, como episodios de insomnio o despertares nocturnos.

También amanece más temprano y oscurece antes, por lo que las tardes de juego después del colegio se hacen ahora más cortas, lo cual puede influir negativamente en el humor y el estado de ánimo.

Todos estos síntomas tienen su origen en la intensidad de la luz del día, que influye directamente en nuestros ritmos circadianos, en los niveles de serotonina (que sufren una caída ante la ausencia de luz) y en la secreción de melatonina (que es liberada en respuesta a la oscuridad).

¿Cómo reducir el impacto del cambio horario?

Para ayudar a los bebés lactantes a adaptarse al horario de invierno, basta con adelantar cada toma diez minutos cada dos o tres días. Con los niños que ya van al colegio también habrá que hacer una adaptación gradual de la hora de irse a dormir.

Toca armarse de paciencia durante unos días y seguir estos consejos:

  • Acostar al niño 15 minutos antes de lo habitual (lo ideal es hacerlo unos días antes del cambio de hora)
  • Adelantar también las rutinas diarias (cena, baño, hora del cuento, etc..)
  • Darle una cena ligera
  • Realizar ejercicio físico durante la tarde para "adelantar" su reloj interno
  • Preferiblemente evitar siestas largas
  • Evitar las pantallas a la hora de acostarse