Resulta muy difícil de entender que acuda tan poco público a la corrida de la feria de San Bartolomé de Cieza, con un cartel tan atractivo y, sobre todo, después de hacer toda una hazaña el diestro lorquino Paco Ureña el viernes pasado en Bilbao tras una memorable actuación, donde cortó cuatro orejas. Los diestros Cayetano, Paco Ureña y López Simón han salido este sábado a hombros de la corrida de toros celebrada en la plaza de Cieza, donde han empatado a dos orejas y en la que, por su predisposición y buen hacer, han estado siempre por encima del ganado.

Se han lidiado astados de la ganadería de Núñez de Tarifa, bien presentados y con cuajo, el mejor, el cuarto, muy enrazado, y de juego desigual y de nota más bien baja los otros cinco. La plaza, pese a lo atractivo del cartel, ha registrado menos de media entrada, en la tónica de los últimos años, pese a que el coso de La Deseada constituía siempre un referente para los aficionados de la región y de provincias limítrofes.

Paco Ureña, tras su histórico en Bilbao, se mostró en Cieza como un torero cuajado, artista y poderoso. Realizando a su primero de la tarde una magnífica faena llena de temple, torería y gusto, llevando el clamor a los tendidos. Este primer toro le dio ayer un comienzo de faena idóneo, obligándole por los costados y embebiéndolo en el engaño, que era lo que el toro quería para meterse en la faena, ejecutando después tres tandas en redondo sin perder un paso y rematando con un excelente pase de pecho.

Dibujó después con la zurda un gesto de naturales con sabor y torería. A su segundo, un toro más parado, fue otro tipo de faena el que aplicó, de menos brillo pero no exenta de entrega y oficio. El lorquino se marchó a casa con dos orejas.

Cayetano, voluntarioso en su primero, el menos colaborador en toda la corrida, teniendo que intentar faena en los terrenos propios del toro; y mejor en su segundo, de vuelta al ruedo, donde pudo estirarse y adornarse a pies juntos al inicio de faena de muleta para conseguir lucirse en una brega más efectista que de otro calado. También cortó dos orejas.

El madrileño López Simón volvió a poner de manifiesto en Cieza que tiene corte de torero clásico. Le gusta torear con los pies asentados en la arena. Ayer tardó en confiarse ante primero, pudiendo conseguir buenas tandas en el toreo en redondo realizadas en el mismo centro del anillo, en una pelea de poder a poder.

En su segundo, saludo capotero a pies juntos abrochando tras una serie de verónicas cerradas con una media faena de muleta construida a base de doblones y trincherillas. Continuó después los derechazos en un par de tandas muy soleadas por el público aunque sin demasiado brillo, concluyendo la faena con molinete y de pecho.