El matador de toros Rafael Rubio, conocido como Rafaelillo se recupera de la fuerte cogida con cornada que recibió el domingo en la feria de San Fermín. El torero se recupera en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Navarra, ante el asombro de los doctores por su actitud bromista, y ha llegado a celebrar su cumpleaños, que coincidía con el día de la Virgen del Carmen, con una tarta en las propias instalaciones.

El equipo médico que le asistió tanto en la plaza como posteriormente en el hospital, han manifestado que era admirable el humor del que el diestro hacía gala pese a tener nueve costillas partidas, tres cervicales tocadas y una cornada de tan importante calibre.

Rafaelillo pasará unos cuantos días más en la UCI donde es controlado en todo momento por los facultativos y en unos días pasará a planta para su posterior traslado a Murcia si todo continúa a este ritmo.

El torero ha querido agradecer por medio de este periódico los cientos de llamadas y mensajes que está recibiendo por parte de compañeros y aficionados de toda España, y en especial de Murcia.

Consciente de que debe decir adiós a la temporada, ya se está preguntando cuándo podrá entrenar y ponerse en las manos del también matador y fisioterapeuta Pepe Soler. Confiesa que las horas son duras y se le hacen largas y que los dolores que sufre son tremendos. También manifiesta añorar a sus hijas, familia y amigos, aunque por fortuna a su lado tiene a su esposa Aky, que no se ha separado de él ni un sólo instante.

El equipo facultativo de la UCI ha comenzado a llamarle cariñosamente 'Rafaelillo el Grande'. La directiva de la Casa de la Misericordia pasó ayer por su habitación a interesarse por su estado.