La construcción de la Torre de Hércules no se llevó a cabo en los siglos I o II de nuestra era, sino en el I antes de Cristo, según el historiador Antonio Rodríguez Colmenero, quien presentó ayer 'El faro romano de Brigantium Flavium, Torre de Hércules de A Coruña', libro en el que recoge cinco años de investigaciones sobre este monumento. El investigador estima que se levantó durante el mandato del emperador Augusto y que no fue solo una señal marítima, sino que tuvo también funciones militares, para lo que albergó un destacamento de soldados de la legión Gemina X

"La Torre de Hércules es única en todo el Imperio Romano, ya que hay otros faros que se conservan pero no pueden hacerle sombra", manifestó ayer el historiador Antonio Rodríguez Colmenero sobre el faro coruñés durante la presentación en la Autoridad Portuaria del libro publicado por este organismo que recoge las investigaciones sobre el mismo realizadas durante los últimos cinco años, en las que aporta importantes descubrimientos sobre su construcción, su diseño original y el sistema de iluminación empleado. En su opinión, la Torre "es un referente en la arqueología romana" y A Coruña "tiene la obligación de promoverla, difundirla y promoverla porque tiene mucho que presumir de ella".

La más importante de las novedades que revela Colmenero es que la Torre es más antigua de lo que hasta ahora se pensaba, ya que se databa en el siglo I e incluso principios del II después de Cristo, cuando, en su opinión, su construcción pudo iniciarse entre los años 13 y 5 antes de Cristo. El investigador considera que el faro forma parte de una serie que se extendía por el Cantábrico a lo largo de una ruta que llegaba hasta Germania y que se levantó en homenaje al emperador Augusto.

También interpreta que la mención que hace el geógrafo griego Ptolomeo a la costa gallega en la que menciona "tres claros" se refiere al faro coruñés porque el prisma con espejos existente en su linterna hacía que a lo lejos se vieran tres luces para diferenciarlas de otras posibles que hubiera en la costa. Para apoyar su tesis, relaciona el río Mearou que el autor heleno menciona en su obra con el Mero, que además ubica en las mismas coordenadas que Brigantium Flavium , nombre que los romanos dieron a la población que levantaron en la actual A Coruña.

Colmenero explica además que fuese un arquitecto lusitano „Cayo Sevio Lupo„ el elegido para dirigir la obra por la razón de que Brigantium Flavium pertenecía entonces a la provincia de Lusitania, que años más tarde pasó a la Citerior. El historiador señala además que el faro se construyó mediante una rampa y no con el uso de armazones que a su entender habrían sido derribados por el viento y que en su parte superior contaba con una cúpula que protegía la linterna. La alimentación del fuego que divisaban los navegantes se efectuaba con aceite y no con leña o paja como se apuntaba hasta ahora, para lo que se usaba un depósito del que sobresalía una mecha.

Colmenero relaciona además el diseño idéntico de las tres primeras plantas de la Torre con su uso militar, ya que piensa que alojaron a 40 soldados de la legión Gemina X, que se encargarían de garantizar el cobro de los derechos aduaneros a los barcos que recalasen en el puerto coruñés, así como de proteger la ciudad, para lo que se apoya en las inscripciones halladas en los sillares del faro, a su juicio realizadas por los legionarios y que hacen referencia a esa unidad militar, destacada en esta parte de Hispania en aquellos años. Según sus estudios, el faro comunicaría también este asentamiento con el campamento romano de Sobrado dos Monxes.

Excavaciones

El investigador defendió que continúen las excavaciones en la Torre de Hércules, ya que las últimas realizadas le permitieron conocer las dimensiones de la rampa de acceso al edificio y apuntó que "lo ideal sería que las acabase el mismo equipo" y que para él sería "un placer" participar en esos trabajos. "La Torre de Hércules es excepcional desde todos los puntos de vista, tanto desde el civil como el militar", destacó sobre el faro coruñés Colmenero, quien recordó que fue incluida en el patrimonio de la humanidad de la Unesco antes de que se conocieran estos importantes datos sobre su antigüedad y construcción.

Durante la presentación, Ana Goy, directora del Centro de Estudos da Cidade de la Universidade de Santiago, puso de relieve que la publicación de esta obra se produce durante la celebración del décimo aniversario del ingreso de la Torre en el patrimonio mundial. El libro de Colmenero está editado en colaboración con esa entidad universitaria, que según Goy "ofrece a las administraciones una investigación de calidad, de manera que el patrimonio pueda ser conocido por la sociedad con el rigor necesario".