"Paloma ha sido llamada a Dios este viernes, 7 de junio, a última hora de la tarde". Con este mensaje anunciaba Oscar Farkoa el fallecimiento de su hija de 10 años. Una pequeña de origen ovetense y afincada en Francia con la que cientos de personas se habían volcado bajo lema "Alas para Paloma".

Paloma seguía en Londres un tratamiento experimental para luchar contra un tumor cerebral que le acabó robando la vida. Se lo detectaron el 12 de marzo del año pasado, cuando sólo tenía 9 años, y desde entonces ella y su familia se empeñaron en vencer a la enfermedad. Paloma nació en Oviedo, pero a los 2 años la familia se trasladó a vivir a Burdeos y desde allí hacía regularmente ese viaje a Londres para acabar con el maldito GITC o DIPG, que son las siglas con las que se conoce el tumor maligno y muy agresivo que se la llevó ayer por la tarde.

Su familia inició hace unos meses una campaña para recaudar fondos a través de la página de Facebook "Alas para Paloma". Sus amigos en Oviedo se movilizaron. Hubo conciertos en la sala Estilo y en La Fresneda. Todos sabían que era muy difícil pero nadie se resignaba, querían dar alas a la pequeña.

La vida de Paloma y su familia cambió por completo el 12 de marzo del año pasado. Sus padres recibían la peor de las noticias. Su hija de 9 años, que estaba en plena forma física, según explicaba su madre, la ovetense Paz Timiraos, el pasado mes de enero. A la pequeña le detectaron un tumor cerebral de grado alto y para el que no existe tratamiento eficaz conocido ni en España ni en Francia, donde viven desde hace dos años. A partir de ese momento comenzó "una lucha incansable en busca de tratamientos y opciones. Y cada búsqueda lleva a una nueva y cada ensayo clínico y cada artículo científico lleva a otro, y todos ellos llevan a una realidad muy oscura", decía la madre.

Paloma sufría un glioma difuso e intrínseco de la protuberancia del tronco cerebral (DIPG). Es un tumor raro y actualmente incurable que se da predominantemente en niños y adolescentes. Es característico del desarrollo del sistema nervioso central y afecta a la región anatómica más crucial de la neuroanatomía. Por el tronco cerebral pasan todas las conexiones neuronales que desde el cerebro bajan a la médula espinal. En él se originan diez de los doce nervios craneales. Por ello, los tumores que se forman a partir de alteraciones del desarrollo del tronco cerebral son especialmente devastadores.

Las terapias que se han utilizado en los últimos treinta años han fracasado completamente, dejando para estos pequeños una esperanza de vida a los 5 años que penas supera el 2 por ciento. Más del 90 por ciento de los pacientes fallecen en los dos años posteriores al diagnóstico.

Ahora Paloma ya descansa después de la incansable lucha.