La Universidad Estatal de Tomsk informó este miercoles de que sus microbiólogos lograron aislar por primera vez en la historia la bacteria Desulforudis audaxviator, capaz de vivir sin luz ni oxígeno, por lo que podría sobrevivir en el espacio o en planetas como Marte.

La bacteria, cuyo nombre en latín significa "viajero audaz", es conocida por la comunidad científica desde hace más de diez años, cuando su rastro fue detectados en las profundidades de la Tierra.

Según la jefa de cátedra de Fisiología de las plantas de dicha universidad, Olga Karnachuk, el rastro genético de esta bacteria fue descubierto en el agua de una mina de oro de Sudáfrica hace más de una década.

"Las muestras tomadas se realizaron a profundidades entre 1,5 y 3 kilómetros. Hasta hace poco se consideraba que la vida en estas condiciones era imposible, porque sin luz no existe la fotosíntesis, base de todas las cadenas alimenticias. Pero resulta que esta suposición era errónea", aseveró.

El descubrimiento de las fumarolas hidrotermales en el fondo del océano ya había puesto en duda que la fotosíntesis fuese imprescindible para la vida, puesto que en torno a ellas habitan colonias enteras de criaturas que no requieren de la luz para sobrevivir.

A diferencia de ellas, la Desulforudis audaxviator subsiste en total aislamiento, ya que junto a su ADN no fueron hallados restos de otros seres vivos.

Se divide una vez cada 28 horas

Los científicos explicaban la dificultad de "atrapar" a la bacteria con la teoría de que esta se dividía una vez cada mil años, pero los científicos rusos establecieron que se divide una vez cada 28 horas.

Además, los microbiólogos descubrieron que la bacteria se alimenta prácticamente de todo, incluyendo azúcar y alcohol, aunque "prefiere" el hidrógeno, más energético, y que es inmune al oxígeno, supuestamente letal para los habitantes de las profundidades.

Otro detalle curioso fue el descubrimiento de los orgánulos que le permiten viajar: se trata de vacuolas gaseosas parecidas a la vejiga natatoria de los peces.

Sin embargo, hasta ahora no se ha podido establecer cómo se trasladan por las profundidades terrestres.

La bacteria heredó su nombre del libro de Julio Verne "Viaje al centro de la Tierra", donde aparece el texto "Descende, audax viator, et terrestre centrum attinges" (Desciente, audaz viajero, y alcanza el centro de la Tierra).