La velocidad de innovación tecnológica se ha acelerado a un ritmo que no habíamos visto nunca antes. Conceptos como el smartphone, las aplicaciones, la realidad virtual y aumentada, los asistentes de voz, la inteligencia artificial, apenas existían hace unos años. La transformación digital genera un valor para toda la sociedad: crea puestos de trabajo más cualificados, incrementa la competitividad del país y mejora la calidad de vida de las personas.

En la semana en que celebramos el Día Internacional de la Mujer es importante reflexionar sobre el impacto de la economía digital en el futuro del trabajo y sobre la situación de la mujer en este contexto, con el fin de abordar con éxito la transición del mercado laboral para todos los colectivos.

Según el estudio «Mujer en la economía Digital en España 2018», hay aspectos muy positivos entorno al cambio que la digitalización está provocando en el mercado laboral: se espera que las ocupaciones digitales tengan cada vez más peso y relevancia; el salario medio del sector TIC es un 22% superior al de otros sectores, tanto para hombres como para mujeres; en el sector TIC existe menos brecha salarial de género que en otros sectores (5 puntos menos) y en la población de entre 16 a 54 años no existe brecha entre hombres y mujeres en cuanto a habilidades digitales.

Sin embargo, hay dos aspectos que me preocupan y que podrían incidir muy negativamente en la brecha de género. El primero es que se espera que la automatización elimine puestos de menor cualificación donde, generalmente, las mujeres están más representadas y, el segundo, la dificultad que existe para atraer a las mujeres a carreras universitarias técnicas (STEM).

En España la presencia de mujeres en este tipo de carreras sigue cayendo en los últimos años (del 20% al 18.6% entre 2015 y 2017). Un fenómeno mundial porque la situación es muy similar en Europa, EEUU y Asia.

Ante este escenario necesitamos actuar de forma inmediata y poner medidas que permitan paliar estos riesgos. Es importante resaltar que según datos de la Comisión Europea: en 2020 se prevé que queden unos 500.000 puestos de trabajo sin cubrir en el mundo tecnológico. Es fundamental trabajar en la formación y capacitación en competencias digitales para cubrir las necesidades del mercado laboral del futuro, con especial foco en las mujeres.

En segundo lugar, es importante diseñar y poner en marcha un plan holístico dirigido a atraer a las chicas a las carreras técnicas. Este problema requiere de una actuación a distintos niveles y la implicación de toda nuestra sociedad. Algunas de las medidas necesarias son: acercar la tecnología a las aulas, introduciendo actividades de programación desde educación Primaria y Secundaria; adaptar la forma en la que se enseñan ciencias y matemáticas para hacerlo atractivo para las niñas; revisar cómo se está contratando y dónde se busca el talento; dar visibilidad a los referentes femeninos y explicar a las adolescentes lo que significa trabajar en el sector TIC y el impacto social que se puede tener.

Ante esta situación creo que en España tenemos un contexto único que debemos aprovechar. Tenemos mujeres al mando de las mayores empresas tecnológicas del país: Google, Microsoft, IBM, HP, Facebook, Twitter y Linkedin están lideradas por mujeres realmente comprometidas con esta causa. Soy una optimista digital y quiero pensar que, entre todos, podemos revertir esta tendencia y atraer a más mujeres a las carreras técnicas para cubrir la demanda de talento digital del futuro de una forma equitativa.