Los secretos que nos avergüenzan suelen atormentarnos más que los que nos hacen sentirnos culpables, según un estudio realizado por la Universidad de Columbia, Nueva York, publicado en la revista 'Emotion'. Todo el mundo tiene secretos, pero nuestra mente no les da la misma importancia. Según el estudio, somos más propensos a pensar en cosas de las que nos avergonzamos.

"Los secretos suelen ser perjudiciales para nuestro bienestar, nuestras relaciones y nuestra salud", asegura el autor principal del estudio, Michael L. Slepian. A pesar de ser tan desfavorables para la salud emocional del ser humano, el autor asegura que no se han realizado muchos estudios acerca de los secretos.

Secretos

El estudio se basó en encuestas a 1.000 participantes a los que se les hicieron preguntas relativas a medir la vergüenza y la culpa."Examinamos la vergüenza y la culpa, las dos emociones conscientes más estudiadas", dice el autor. Además, explicó la diferencia de las emociones básicas, como la ira y el miedo, que se refieren a algo fuera de uno mismo. Sin embargo, "la vergüenza y la culpa se centran en el yo", añade.

Las preguntas que se realizaron en las encuestas eran del tipo "soy insignificante y sin valor". Las relativas a la culpa repetían la premisa "siento remordimientos por algo que he hecho en el pasado".

De esta forma, el equipo descubrió que las personas encuestadas sentían vergüenza sobre cosas que pensaban frecuentemente. En cambio, no dedicaban tanto tiempo a aquellos secretos por los que se sentían culpables. Este fue el resultado del análisis realizado en este estudio.

Además, se descubrió que cuando una persona sentía vergüenza por el secreto, se sentía pequeña, sin valor o impotente, mientras que la culpa hacía que un individuo sintiera remordimiento, tensión o arrepentimiento.

Según Slepian, los secretos sobre la salud mental, una experiencia traumática previa o la infelicidad con la apariencia física tienden a provocar más vergüenza, mientras que herir a otra persona, mentir a alguien o violar la confianza de alguien hace sentir más culpabilidad.

Los científicos apuntan que las personas no deberían ser tan duras con ellas mismas cuando piensan en sus secretos. "La culpa hace que las personas se centren en qué hacer a continuación y, por lo tanto, pasar de la vergüenza a la culpa debería ayudar a las personas a sobrellevar sus secretos y avanzar", concluye el autor principal del estudio.