Resulta imposible mantener una conversación con Roberto Pereira sin que algún vecino del barrio de Torrecedeira se pare a saludarlo o a felicitarlo por su octavo puesto en el VII Campeonato Internacional de Barista celebrado este viernes en Foz. "Saliste muy guapo en la tele", le dice una vecina. "Lo hiciste muy bien", apunta otra pareja al rato.

"Me vio mucha gente del mundo, mi hermana está acojonada por si me hago famoso", sonríe el joven barista, el primero con síndrome de Down que trabajará como profesional en este ámbito especializado de los cafés gourmet. Y es que al finalizar su participación en el campeonato, al que llegó de la mano de su entrenador Marcos González -el mejor barista de España-, fue llamado al escenario para recibir el mejor de los premios, un contrato indefinido en la empresa Delikia, en la que trabaja González. Lo recibió entre lágrimas y al grito de "ya está".

El primero en felicitarlo fue su entrenador, al que venera, y apenas unos segundos después ya estaba rodeado en un gigantesco abrazo por sus compañeros de Down Vigo, que acudieron a Foz en autobús -fletado por Delikia para que pudiesen acompañarlo en el evento- junto a algunos profesores para animarlo, camisetas incluidas. "Me dieron la enhorabuena y estaban llorando todos por mí también, somos una piña", relata Roberto cerrando con fuerza el puño. También estuvo en Foz su hermano, José Manuel. Su hermana lo vio desde Vigo en el directo que Down Vigo hizo en Facebook. "Mi familia también está muy contenta conmigo", celebra con una gran sonrisa.

Aunque no será su primer empleo, este es el que espera con más ilusión. "Tengo 37 años y este año cumpliré 38, y a esta edad ya quería trabajar", remarca Roberto apenas 24 horas después del campeonato, en el que compitió junto a otros doce baristas y donde quedó en octavo lugar. "Yo di un ejemplo para las personas con Down, para todos. Hay que seguir trabajando para conseguir muchas cosas. Podemos con todo", indicó el barista, que trabajará en la cafetería que la firma de vending tiene en la empresa Bosch, de la Avenida de Madrid. "Tengo muchas ganas de trabajar, voy a hacer cafés, a coger las mesas, limpiarlas y muchas cosas más y de vez en cuando haré viajes con Marcos", apunta.

"Ahora tienes un montón de compañeros que quieren ser baristas", le señala la formadora de Down Vigo Cristina López, que, visiblemente orgullosa -y se lo dice a él con frecuencia-, subraya la importancia de la hazaña. "Conseguir un trabajo técnico tiene mucho mérito porque abre la puerta a los demás, no suele ser uno de los trabajos que se ofrecen a las personas con discapacidad", afirma Cristina. De los casi 190 asociados de Down Vigo, están empleados unos 50, una cifra muy importante, si bien la mayoría de ellos trabajan en puestos de baja cualificación.

El Nacional, en mayo

Impecablemente peinado, coqueto y con un gran sentido del humor, Roberto quiere seguir compitiendo en otros certámenes. Tendrá una nueva oportunidad en mayo, en el Campeonato Nacional que se celebrará en Vigo y que por primera vez incluirá una categoría de Baristas Down. "Me gustaría seguir practicando, no pararé", manifiesta el joven, que confiesa que prefiere el capuccino y que ya no toma un café en cualquier sitio. Mañana se reencontrará con todos sus compañeros en las instalaciones de Down, aunque algunos de ellos, los participantes en el programa de integración social, ya volvieron a verle anoche en una de sus quedadas habituales de fin de semana. "Hoy vamos a la bolera y a cenar", señaló.

El camino hasta aquí no ha sido fácil. En los últimos ocho meses ha entrenado todas las semanas, con una o dos sesiones que el último mes se celebraron casi a diario. También ensayó con un logopeda el discurso en el que explicó las elaboraciones. Incluso hubo una simulación del campeonato con público para que se encontrase más seguro en Foz. "Se pasan nervios, emoción, muchas cosas", admite.