Este lunes 21 de enero es el Blue Monday o el día más triste del año, una jornada en la que la tristeza debe invadirnos. Aún así, hay muchas personas que se preguntan por qué tienen que estar triste este día, para resolver todas tus dudas vamos a indagar en el origen de este Blue Monday.

Todo surgió hace varios años cuando una agencia de viajes y un adjunto de la universidad de Cardiff dijeron haber encontrado el peor día del año gracias a una compleja fórmula que tenía en cuenta aspectos cómo el tiempo restante hasta nuestras próximas vacaciones, el estrés tras haber superado la Navidad, la vuelta a la rutina o la desagradable sensación de que este año tampoco estamos cumpliendo con nuestros propósitos.

Ese día es el tercer lunes del mes de enero, también conocido como Blue Monday, y tendrá lugar el próximo 21 de enero. Ese lunes será el peor de todos los lunes del recién inaugurado 2019.

El Blue Monday es un fenómeno que se ha extendido durante los últimos años y aunque no cuenta con una base científica, sí es cierto que hay una serie de factores evidentes que pueden llegar a influir en nuestro estado de ánimo de manera significativa durante los últimos días del primer mes del año.

La vuelta al trabajo y a la rutina diaria, el fin de las vacaciones y los nuevos propósitos que nos hemos planteado y que comienzan a desmoronarse hacen que nuestro estado emocional se vea resentido.

¿Por qué Blue Monday?

"La tristeza es una emoción que siempre aparece ante una pérdida. En su origen es siempre adaptativa puesto que fomenta la reflexión y genera empatía en los demás. En el caso del Blue Monday, se juntan varios factores. Por un lado, acaban las vacaciones de Navidad, nuestros seres queridos vuelven a estar lejos y nuestro tiempo de ocio y vacaciones quedan atrás. Además, es en pleno invierno, el número de horas de luz es menor que en verano y solemos realizar menos actividades agradables que en otras épocas del año. Por último, los lunes son días especialmente difíciles, ya que son el inicio de la rutina e la semana en la cual solemos tener menos tiempo para pasar con los nuestros, hacer deporte y hacer las actividades que realmente nos gustan", explica el especialista en gestión de la tristeza Jesús Matos de la web En Equilibrio Mental.

"Poco podemos hacer para solucionar la mayoría de aspectos que tiene en cuenta la fórmula, pero lo que sí que está todavía en nuestras manos es que se cumplan los objetivos que nos marcamos", aclara el psicólogo Xavier Savín.

Si apenas has empezado el año y parece que ya estás incumpliendo alguno de tus propósitos, puede que se trate de algo que tú no quieres realmente, ya que no son pocas las veces que marcamos como nuestros, los objetivos de los demás.

Aún estás a tiempo de replanteártelos ¿Es lo que se supone que debes hacer o lo que otras personas esperan que hagas? Para saberlo, Savín plantea la siguiente pregunta ¿si nadie te pudiera ver o no tuvieras que dar cuentas a nadie, aun así, lo harías?

"Tus objetivos y tus pasiones deberán estar alineados"

"O puede que no estés dispuesto a hacer los sacrificios necesarios. Si lo que deberías dejar de hacer te gusta más que lo que hay que hacer para conseguir tu objetivo, difícilmente lo lograrás. La solución es muy sencilla, tus objetivos y tus pasiones deberían estar alineados. Hacer algo que te gusta al menos un mínimo facilita que cumplas tus objetivos", sostiene Savín.

"Pero hay que ser realistas: los grandes cambios llevan su tiempo, y la clave es la constancia y no perder de vista la meta. Para llegar a ellos, hay que ir sumando pequeñas modificaciones en nuestra rutina y poner en marcha prácticas que nos ayuden a logarlos, a empezar de cero y a sentirnos mejor con nosotros mismos", apunta la también psicóloga Marta Puig, fundadora de Mundo Pránico.

De acuerdo con estos profesionales creer que no puedes lograr un objetivo o no darte cuenta de tus avances también nos aleja de conseguir nuestros retos. Tú mismo te pones frenos y resulta muy difícil esforzarse para algo que uno cree que no puede lograr.

Para conseguir cumplir tus propósitos, Savín recomienda marcarse objetivos de proceso y no de resultado, es decir aquello que hay que hacer para conseguir el reto, no el reto en sí mismo, para ir avanzando sin frustrarse.

Porque para ambos, si realmente lo quieres, es algo que te gusta hacer y sabes que lo puedes conseguir... no habrá Blue Monday que te detenga.