Marion Wischenwski, una de las trabajadoras del National Animal Welfare Trust, Inglaterra, decidió acoger a Rocco, un loro gris africano, en su hogar temporalmente para ayudarle a comportarse.

Y es que el anterior dueño del loro le había enseñado multitud de insultos que estaban causando problemas en el santuario, que suele ser visitado por niños.

Hasta aquí es una historia relativamente normal. Pero lo que ha llevado a Rocco a los tabloides y televisiones inglesas ha sido la facilidad de uso de una herramienta de Amazon, Alexa. El asistente virtual de la compañía está programado para responder a comandos vocales tan sumamente simples que hasta un loro podría usarlo sin querer. Literalmente.

Y es que Marion ha descubierto que el loro ha desarrollado una afición por hablar con el aparato (que suele responder) que le ha llevado a encargar compras innecesarias sin ser siquiera consciente. Desde fresas a bombillas, pasando por una cometa o incluso un hervidor ha recibido esta inglesa en su casa antes de percatarse del problema y ponerle solución.

"Ahora cuando llego a casa tengo que revisar la lista de la compra y cancelar todos los artículos que el loro ha pedido", ha explicado su dueña en televisión, visiblemente divertida ante la anécdota. Además, ha desvelado que el loro ha descubierto cómo poner música gracias al aparato, "y se pasa el día poniendo la misma canción".

"Ni siquiera sé hasta qué punto es consciente de lo que está haciendo", comenta divertida.