Cuidado con lo que escribe en el WhatsApp porque la Policía le controla. Por lo menos en Holanda. Un grupo de jóvenes que estaban convocando una pelea a través del chat en la provincia de Zeeland, al sur del país, recibió un mensaje que enfrió de golpe el ardor pandillero. "Les habla la Policía. Hemos tomado nota del contenido de este grupo. Con la provocación y la incitación a la violencia (citándose para pelear) ustedes están cruzando un límite. Esto es punible y como Policía no lo toleraremos. Todos los datos y conversaciones de este grupo se han guardado", avisaba el texto. La Policía Local se había infiltrado en el WhatsApp y amenazaba con hacer una redada.

Las redes sociales se han convertido en una plaza pública en la que pasa de todo. No es de extrañar, por tanto, que la Policía patrulle esos espacios virtuales, pero lo que no es tan habitual es que intervenga dentro de ellos, que dé una patada en la puerta de la intimidad de las conversaciones. La Policía holandesa dispone de una división especializada en adolescentes que accede a los perfiles en redes sociales y, en algunas ocasiones, interviene directamente en grupos de WhatsApp para evitar situaciones conflictivas.

Fue lo que ocurrió el pasado lunes en Zeeland cuando los jóvenes de un grupo de WhatsApp en el que se habían convocado peleas recibieron el mensaje firmado por la Policía Local. Los agentes dieron un plazo de 24 horas a los miembros del grupo para abandonarlo y les advirtieron que, si no lo hacían, "podían esperar una visita de la Policía". Asimismo, les conminaron a no crear un nuevo "chat" para incitar a más peleas o hacerlo a través de otras aplicaciones, pues en ese caso se arriesgarían a "ser procesados" por la Justicia, concluía el mensaje.

La mayoría de los jóvenes siguió las instrucciones, pero dos de ellos continuaron enviando textos incendiarios. Por esa razón, los agentes tomaron sus datos y mandaron un informe a las oficinas de Halt, una rama del Ministerio de Justicia que se encarga de delitos menores cometidos por adolescentes y que estudiará si debe tomar medidas contra ellos.

Las autoridades tuvieron conocimiento del grupo de WhatsApp gracias a un "jeugdagent", un agente especializado en jóvenes. Gracias al contacto físico y virtual que mantuvo con ellos, "escuchó que en cierto grupo de mensajería instantánea" se estaban convocando las peleas, explicó un portavoz de la Policía Local. El agente consiguió ponerse en contacto con los administradores del grupo y les pidió acceso para poder escribir la nota preventiva.

Desde la Policía de Zeeland señalaron que "no es excepcional" que intervengan cuando detectan "señales" de un problema y que ése es su "trabajo diario". No obstante, reconocen que entrar en un grupo de WhatsApp para pedir a sus miembros que lo abandonen "es menos usual". En cualquier caso, aseguran que dicha acción "fue lo mejor que se podía hacer" para evitar que las reyertas continuasen.

Los agentes de la Juventud son policías comunes que han recibido formación específica para tratar cuestiones relacionadas con jóvenes de entre 12 y 23 años. Entre sus áreas de especialización están el acoso virtual entre adolescentes, las agresiones físicas, problemas de drogadicción o la falsificación de documentos de identidad para comprar alcohol o drogas blandas en "coffee shops". Para ellos "lo más importante es conocer y ser conocidos, ser de fácil acceso y por ello hacen visitas a las escuelas o van a lugares donde los jóvenes pasan el rato", indicó el portavoz de la Policía.

Muchos de estos agentes han abierto en los últimos años cuentas en redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter, donde interactúan con los jóvenes, aunque desde la Policía aclaran que "es decisión del agente" dar ese paso. De esa manera pueden, por ejemplo, interpelarles directamente si ven fotografías donde los menores están consumiendo alcohol o entrar en grupos de WhatsApp sospechosos. Y si es necesario, utilizar el megáfono virtual: "Les habla la Policía...".