Dejar opiniones en redes sociales es algo arriesgado. Y sino que se lo pregunten a un hostelero de Oviedo, harto de un cliente que se quejaba de que no le habían invitado a unos chupitos. El empresario asegura que en este caso no estamos ante la típica "invitación de la casa" sino que los clientes habían pedido el chupito. Y si se pide, se paga.

Todo empezó por el comentario dejado por el cliente (se supone que apenas unas horas después de comer en el establecimiento). La cosa empezó bien. "La verdad que la comida estaba rica y mereció la pena la espera de una hora y media", empieza relatando el cliente en cuestión. "Lo que no comprendo", añadió, "es que después de tal espera la casa nos ponga dos chupitos y se dignen a cobrárnoslo". "En mi opinión cuidan poco a la clientela, si queréis ir reservar, si os apuntáis en la lista el mismo día puede que os quedéis sin hambre de tanto esperar", remató el cliente. La respuesta del dueño del local no se hizo esperar.

"Cuando usted dice que la casa le puso dos chupitos, ¿quiere decir que se lo ofrecieron como invitación (cosa no habitual) o que los pidió usted?", se pregunta el dueño del local asegurando que al cliente se le había advertido del tiempo de espera "cuando se apuntó". "Nosotros no podemos calcular cuanto tiempo va a tardar un cliente en comer y eso origina lista de espera", sentenció.