Ciervo decapitado durante la berrea en Xixona. Un macho de gran tamaño ha sido localizado durante la berrea que ha tenido lugar entre septiembre y principios de octubre en La Carrasqueta. El ejemplar abatido por cazadores furtivos durante la época de celo del venado vuelve a poner de manifiesto la vulnerabilidad de estos animales en la berrea. Es más, colectivos conservacionistas vienen denunciando que el exceso de permisos de caza por parte de la Generalitat, unido a la acción de los furtivos en la berrea, cuando está prohibida la caza, mantienen al borde de la desaparición a estos animales en La Carrasqueta, único paraje de la provincia donde es posible verlos en libertad, al margen de grandes fincas valladas.

Desde la Conselleria de Medio Ambiente confirmaron a este medio la localización de este ciervo decapitado y dieron detalles del hallazgo, pero aseguraron de que no hay constancia de que haya un problema de furtivismo en La Carrasqueta.

Fue el pasado sábado 29 de septiembre cuando con motivo de un rececho en la finca Els Pouets de Xixona el cazador y dueño de la parcela localizó un ciervo muerto, avisando a los agentes medioambientales, que lo encontraron tras una larga búsqueda el 2 de octubre. Presentaba signos de llevar unos 10 días muerto y algunas mordidas de jabalíes, según explicaron desde la Generalitat. La zona donde apareció el cadáver es un denso carrascal de difícil acceso y alejado de caminos forestales, una zona de umbría que es refugio de ciervos durante todo el año.

La Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de la Comunidad Valenciana (Apamcv) ha difundido por las redes sociales la fotografía del animal, pidiendo colaboración para tratar de localizar al responsable, que se llevó su cabeza con la cornamenta como «trofeo». Colectivos como la Asociación Defensora de los Hervíboros contra Incendios Forestales (Adhif) vienen reclamando la implicación de las administraciones local y autonómica para salvar el venado en La Carrasqueta, e incluso esta situación ha llevado a que dueños de fincas instalen cámaras para «cazar» a los furtivos.