El espigado Marcos abrió la novillada, recibiendo a su primero con una larga cambiada, para proseguir variado con el capote, saliendo el novillo suelto en el último lance. Brindó a Pepín Liria. Faena muy torera con la muleta, donde hizo las cosas bien por ambos pitones, aunque estuvo más lucido por el derecho, destacando tres pases circulares en terrenos del toro, entre los pitones, cerrando el último con un soberbio pase de pecho. Tras estocada trasera y caída y petición mayoritaria, recibió un trofeo.

No sé podrá quejar el conquense de su lote. Su segundo fue un excelente novillo, el que más peleó en varas y que le permitió el lucimiento, tanto con el capote donde saludó a pies juntos, como con la muleta donde dejó una faena plena de toreo clásico puro. Ciñó los muletazos en redondos y exprimió el pitón derecho al máximo. Por el pitón izquierdo se 'espatarró' dibujando dos series al natural, profundos de enjundia y con la muleta baja, destacando el cierre de la segunda serie con uno de pecho de gran factura. Su figura y su toreo hacía recordar al maestre Perera con el que tiene un gran parecido tanto en las formas como en el físico. Concluyó de estocada volviendo a desorejar a su rival.

El novillo del debut con caballos de Ramón Serrano salió muy suelto, tanto que el novillero tuvo que salirse hasta los medios para ejecutar tres verónicas. Fea suerte de varas, teniendo que cruzar las dos rayas el picador, ante la condición del novillo que tenía grandes dosis de mansedumbre y de peligrosidad. Persiguió en banderillas hasta darle caza al Ecijano que tuvo pasar a la enfermería. Con la muleta, persiguió con codicia sobre todo por el pitón derecho. Serrano lo entendió bien, mejor que por el lado izquierdo. El peligro en el burel iba creciendo y en un momento que se destacó el murciano fue prendido. Deseoso de agradar terminó llevando a cabo una serie de molinetes y un intento de bernardinas en las que el toro hizo hilo por él y lo volvió a levantar por los aires. Estocada trasera y cruzada que doblegó al novillo consiguiendo desorejarlo.

Alegre y aseado estuvo en su segundo, ante un novillo que entró con mucha violencia al caballo que hacía puerta, estando a punto de derribarlo. Buena suerte de banderillas. Cuando un toro no embiste sino que topa, la única opción que le quedó al murciano fue insistir y ponerles ganas, incluso adornándose, ya que tu rival no te da otra opción. Desde la grada se advertía las malas condiciones del novillo, siempre con la cara alta y sin recorrido ninguno, haciendo imposible cualquier lucimiento. Dejó la espada al tercer intento, tras recibir un aviso, y necesitando de varios descabellos. Saludó desde el tercio.

La faena de Rocío Romero, en el primero de su lote, estuvo marcada por los enganchones tanto al capote como a la muleta, que fueron continuos. En la muleta tomó muchas precauciones, ante un rival que no era fácil y que entraba con la cara muy alta, aunque la faena estuvo volcada por el pitón derecho, cruzándose tan sólo en una ocasión. Concluyó al cuarto intento dejando media estocada, tras recibir un aviso.

Cerró la tarde un novillo que salió suelto y al que la cordobesa no pudo meter en el capote, hasta el cuarto lance. Dejó después un 'puñao' de verónicas con cierto gusto.

Otro recital de enganchones en el último tercio de la faena, tanto que tuvo que cambiar de muleta por lo castigada que estaba. Ni un solo muletazo consiguió dar la toricanto, tanto que el novillo aburrido y desesperado se fue en dos ocasiones a buscar las tablas. El público llegó a pedir que se interrumpiera la música, considerando que ésta es un premio a lo que el torero hace en el ruedo. Se puso ver una novillera tan verde o más como el traje que vestía y con demasiadas precauciones. Concluyó con una estocada casi entera que necesitó de varios descabellos para finalizar la faena.