Tarde entoldada en la Caverina, donde casi se roza la media entrada. No pasó como en la edición pasada con Jorge Rico, y la apuesta del empresario de este año, Manuel Rodríguez, no funcionó.

También hay que entender que los novilleros que vienen a Calasparra llegan con la doble presión de quedar bien y además luchar por el premio más importante de la novillería en España, 'La Espiga de Oro'.

Los novillos de Valdellán se ganaron a pulso volver a la Caverina: por cuajo, presencia y juego.

Novillo de triunfo el primero de la tarde. Nada que objetar a la predisposición de Manuel Rodríguez, la apuesta del empresario Pedro Chicote de esta temporada. El malagueño pareció estar mermado de facultados y tuvo una actuación salpicada de tropiezos, se fue a puerta gayola a recibir a su rival y allí recibió el primer golpe en el costado derecho, aunque después sacó las manos con soltura en el capote. Nuevamente resultó prendido al llevar al toro al caballo. Con la muleta no se acopló al novillo, que tenía mucho que torear. Aunque apuntó gotas de toreo fino. Finalizó con estocada ladeada.

En el segundo de su lote, un toro menos colaborador que rehuía de la pelea, y al que se le dio una lidia, sobre todo en banderillas, metido en tablas. Además, el burel se fue aquerenciando. Se montó el malagueño en el capote y en la muleta había que dejársela puesta en la cara para que no se fuera a tablas. Estocada tras cuatro intentos, recibiendo dos avisos. Nada que ver el segundo novillo de la tarde, con el que abrió cartel. Bronco menos claro y que se lo pensaba. Atienza pasó inadvertido con el capote. En el tercio de banderillas se desmonteró José Manuel Más. Con la muleta, faena sin calar en el público, y en la que los únicos muletazos que brillaron fueron cuando se cruzó ante la cara del toro. El resto de la faena poca relevancia tuvo, tan solo destacar la voluntad del segoviano. Concluyó con 'puñalada trapera' que fue efectiva.

En su segundo, Atienza anduvo perdido en la faena de capote, posteriormente con la muleta, ante otro burel manejable y toreable, le costó encontrar el sitio. Como apenas se cruzó ante los pitones del magnífico ejemplar, la faena no pasó de un tono discreto, aunque el segoviano le puso ganas y entrega. Volcó la faena prácticamente por el pitón derecho, pero sin tomar altura.

Entró a matar en la suerte contraria, dejando al primer intento el brazo tras atrás que pinchó, y en el segundo llegó un tanto trastabillado consiguiendo hundir el acero de manera perpendicular. Recibió aplausos como premio a su tesón.

La emoción afloró en el tercero. Los pelos de punta al ver torear a la verónica al francés con el compás abierto y cargando la suerte en un manojo de verónicas de ensueño. Excepcional también la brega de la cuadrilla, así como al ver al novillo entrar de largo al caballo por dos veces y queriendo una tercera. También excepcional el toreo al redondo de Salenc. Estaba ante un novillo de los que se comen al novillero y conforme avanzó la faena el novillo se fue imponiendo, sobre todo por la izquierda. Concluyó con media estocada muy tendida y fea, recibiendo un apéndice.

El novillo que cerró la tarde también tuvo manejo y movilidad, aunque fue durante toda la lidia un tanto a su aire, debido a que no se le obligó, sobre todo, en la faena de muleta. El francés estuvo aseado, al inicio con el capote. El comienzo de faena fue muy del agrado del público, ya que lo embarcó en el toreo en redondo, ligando varias series rematadas con un bello pase de pecho.

Por la izquierda la faena bajo de nivel, siguiendo el toro a su aire por lo que el francés volvió a la derecha, intercalando pases de adorno. Concluyó, con una estocada dando el pecho, consiguiendo desorejar a su rival.