Han pasado más de 100.000 años desde que el humano comenzó su ascenso como especie dominante del planeta. Actualmente resulta difícil imaginar un rincón del mundo ajeno a nuestra influencia. ¿Pero cuáles son las posibilidades de que esta situación cambie en un futuro?

Antes de resolver esta pregunta, muchos científicos creen que deberíamos plantearnos otra más interesante: ¿realmente somos la especie dominante? A simple vista, pareciera que no tenemos rival, pero si prestamos más atención descubriremos que el verdadero control global recae en las bacterias.

Así lo considera Robert J. Sternberg, profesor de desarrollo humano en la Universidad de Cornell de Nueva York, para Live Science: ''los humanos sólo imaginan su dominio en la Tierra. Las bacterias dominan la Tierra. Hay infinitamente más de ellas que de nosotros. Mucho de nuestro propio peso es bacteria. Se reproducen más rápido y mutan más rápido. Han estado más tiempo que nosotros y seguirán mucho tiempo después de que nos hayamos ido''.

Si nos vamos por cantidad, el entomólogo del Smithsonian Institute de Washington DC, Mark Moffett, tampoco descartaría a las hormigas:

''Controlan cada milímetro de la superficie terrestre donde viven, que es casi en todos lados'', declaró a la BBC. ''Los territorios son básicamente microsupervisados por hormigas, que alteran o remueven cosas a niveles microscópicos para su beneficio''.

Si nos limitamos a las especies más grandes, el paleobiólogo en la Universidad de Leicester, Jan Zalasiewicz, apostaría por ¿los cerdos?

El catedrático declaró a Live Science que estos son los únicos animales suficientemente inteligentes para desarrollar una estructura social similar a la del ser humano. Aunque claro, tampoco descartaría a las ratas. De cualquier modo, advierte que la evolución sería excesivamente lenta, pues tomaría miles de millones de años.

¿Y qué papel juegan los simios? ¡Completamente descartados! Al menos así lo consideró el biólogo de la Universidad de Sterling, Luc Bussiere, tras asegurar que la extinción humana seguramente llegaría por enfermedades. De ser así, los simios -es decir, los animales más cercanos- serían los próximos en caer.

Quizá deberíamos dejar de preocuparnos por el lado animal, pues Zalasiewicz concluye que ''si aparece algo tan inteligente como nosotros, será electrónico y nosotros lo habremos construido''.