Pablo Ráez, el joven marbellí de 20 años que ha luchado incansablemente contra la leucemia desde los 18, falleció ayer después de que anunciase a mediados de enero que su cuerpo rechazó el trasplante de médula al que se sometió, el segundo desde que se le diagnosticó la enfermedad.

Hace tan sólo unos días, el 25 de enero, publicó en su Facebook: "He estado más ausente estos días, ya que estoy centrando en mí la poca energía que tengo para superar esta etapa, que está resultando difícil, pero no imposible". "Resulta que cuando voy a mis revisiones al hospital, que suelen ser dos por semana, en las analíticas estudian un dato que se llama quimerismo. Este mide el porcentaje de células que hay mías, buenas o malas, y del donante, y en el resultado de esta prueba pues sale que hay más células mías que del donante, un 80% de células mías y un 20% del donante, y a estas alturas del trasplante debería ser como mínimo al revés", añadía.

Incluso en los momentos en los que su salud se resentía, siempre quiso dar una visión optimista de su situación. Las redes sociales eran su gran alidado, pero su cuerpo no aceptó bien el trasplante de médula al que se sometió y no ha podido resistir.

La historia de Pablo Ráez ha tenido un impacto evidente en España. Sus mensajes para contar su historia y buscar un donante de médula compatible hicieron que creciera en España el número de donaciones de médula ósea. En la Región de Murcia la cifra de interesados en donar se disparó.