El almagre o almagra, término árabe usado desde 1278, significa ´tierra roja´. Muy popular en las minas de Mazarrón, es un pigmento empleado en pintura artística, en alfarería y como una de las técnicas de decoración cromática más antiguas. Por extensión, el término ´almagre´ da nombre al color producido por dicho pigmento. También se le ha llamado almánguena, almazarrón, ocre rojo, hematites roja e incluso lápiz rojo, ya que antiguamente se usaba para hacer marcas y señales, como si de un lápiz de carpintero se tratase. Desde hace dos temporadas también es un excelente lugar donde tapear, comer o cenar sorprendentes platos cocinados a bajas temperaturas, evitando grasas y frituras y manteniendo el sabor del buen producto empleado.

«No me gusta el término gastrobar -nos explica David Colmenar Pérez, uno de sus artífices junto a sus socios Emilio Manzaneque y Tomás Andreu- preferimos llamarlo cervecería y tapería en la que nos gusta cuidar mucho la presentación así como la calidad de nuestros platos, en los que jamás emplearemos un microondas».

Aunque el local es pequeño, cuenta con una gran terraza, acondicionada con toldos y aspersores que puede dar cabida a casi un centenar de comensales.

Cuentan con un excelente marisco, gamba roja cocida, quisquillas, mejillones, zamburiñas, cañaíllas o nécoras, que compran diariamente para mantener su frescura en condiciones óptimas

Su plato estrella es el sorprendente esturión confitado con tomate agridulce con una receta de ´El Pasaje´ y que ganó un cuarto premio en el Madrid Fusión de 2014.

Pero no nos dejarán para nada indiferentes sus canelones de foie, manzana y puerros asados o el canelón de confit de pato con berenjena asada y salsa de queso de cueva.

La lubina al pil pil con gamba roja o la merluza al cava a baja temperatura son otros de sus platos que no debemos dejar de probar.

Acompañan a David en el trabajo diario parte de su familia: su mujer María José Cazorla, en la cocina, y sus cuñados Rocío y Fernando Cazorla, con la ayuda de Marcos, Sebas y Carolina.

En los meses de mayo, junio y septiembre organizan eventos de catas de vinos, principalmente murcianos, con maridajes que sirven en sorprendentes soportes, como sus champaneras sobre cepas auténticas de Monastrell o sus platos a partir de botellas fundidas, pizarras o planchas metálicas sobre madera que mantienen el calor de platos como sus riquísimos boquerones limpios a la plancha.

Ofrecen unos sorprendentes caballitos sin grasa, al horno y rebozados en palco (panchitos).

El resto de su oferta gastronómica lo completan otras tapas como el pulpo de roca al horno, bolitas de foie y quicos con mermelada de cerezas, verduras blanqueadas con mantequilla, alcachofa con velo de tocino ibérico, carpaccio de champiñones, patatas a lo pobre con huevos rotos y jamón ibérico o su tartar de atún rojo.

Ofrecen seis tipos de ensaladas: de salmorejo, de tomate partido de Mazarrón con boquerones o ventresca de atún, de bonito en escabeche con perdices de lechuga y pimiento o de jamón ibérico con tomate partido. También cuentan con montaditos y mini hamburguesas, embutidos y quesos y otros pescados o carnes y postres caseros con nata montada por ellos como su tarta de dulce de leche o sus trufas.