EFE Villarina, la osezna que fue liberada en los montes del Parque Natural de Somiedo hace ocho años tras permanecer varios meses en cautividad para recuperarse de las heridas provocadas por un atropello, ha sido localizada con una cría en una zona de muy difícil acceso.

Según ha informado el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), se sabía que Villarina había sobrevivido perfectamente al trabajo de reintroducción después de haber sido devuelta a la naturaleza en el año 2008, pero hasta ahora no se había podido comprobar que hubiera tenido descendencia.

Este verano, sin embargo, durante la localización y control de una osa acompañada de una cría en una zona forestal de muy difícil se comprobó que se trataba de Villarina.

Según el FAPAS, la osa podría haberse reproducido ya en años anteriores, pero que, dado el terreno que utiliza y la presencia de otras hembras cercanas que también tienen crías, podría haber pasado desapercibida durante todos estos años o confundida con otras hembras.

Para la organización conservacionista, identificar este ejemplar con crías, cierra un ciclo importante en la conservación del oso pardo, pues es la primera vez que se consigue reintroducir con éxito en la naturaleza pequeñas crías de oso pardo.

Las características orográficas del hábitat osero en Asturias y su cercanía a los núcleos habitados de alta montaña donde abundan los alimentos que los osos pueden obtener, posiblemente hayan propiciado esta readaptación de Villarina a la naturaleza, pues durante los últimos años, se la vio con frecuencia alimentarse de frutos en estos entornos, según el Fapas.

Villarina ha sido la primera osa parda del continente europeo que logra adaptarse a su entorno natural tras permanecer meses en contacto con humanos en un centro de recuperación animal.

La liberación de Villarina fue una apuesta arriesgada, ya que los osos que han estado en contacto con humanos asocian a las personas con experiencias positivas y, por tanto, no suelen dudar en acercarse a pueblos del entorno en busca de comida.

Los trabajos de vigilancia y seguimiento mediante emisores de telemetría permitieron durante un periodo de tiempo seguir día a día las evoluciones de la osezna, pero en cuanto desprendió de ellos su control solo ha sido posible a través de los avistamientos y las fotografías captadas por las cámaras automáticas colocadas en el área donde se mueve.

En esta ocasión, los trabajos de seguimiento de osos que realiza la Guardería del Principado y el FAPAS han logrado fotografiarla junto a su esbardo.