Dicen que el ´amor´ es una enajenación mental transitoria y esa afirmación la comprobamos al llegar a los postres después de comer en el restaurante cartagenero Magoga (que aparece como restaurante recomendado en la guía turística referente a nivel internacional: la Guía Michelin España y Portugal 2016), regentado desde el el 29 de marzo de 2014 por la joven pareja de chefs María Gómez (Fuente Álamo) y su esposo Adrián de Marcos (Madrid).

Precisamente fue el amor, tras conocerse en la escuela de Arguiñano y pasar por las cocinas de Arzak, Ferrán Adriá o Arbelaitz, quien dio origen a este concepto gastronómico ideado por esta joven pareja que, gastronómicamente hablando, tiene la cabeza muy bien amueblada y las ideas muy claras para conseguir que su clientela sufra diariamente esa ´enajenación mental transitoria´, es decir, que nos enamoremos de su cocina desde la primera cucharada que probemos.

La oferta gastronómica de Magoga está basada en la cocina de mercado, con productos autóctonos y de temporada a nivel de alta cocina y con un servicio de sala muy cuidado con especial atención ante posibles alergias o intolerancias alimentarias.

«Hacemos una cocina de base tradicional, con nuestro enfoque -explica Adrián de Marcos- procurando hacernos con los mejores productos. Traemos lo mejor de Murcia pero si aquí no lo encontramos nos vamos fuera a buscarlo. Utilizamos nuevas técnicas que potencien el sabor de los productos e intentamos mejorar cada día».

Cuentan con un menú diario por sólo 16 euros que incluye una ensalada y dos primeros a elegir entre carne o pescado y postre, también a elegir entre dos posibilidades, además de bebida y café, aunque si queremos disfrutar de su cocina es recomendable elegir entre sus dos menús degustación, uno largo con catorce platos por 80 euros o el corto, con siete platos, por 50 euros. Tienen capacidad para unos 40 comensales y una magnífica terraza, recién decorada, atendida una plantilla de trece profesionales: con María, en la cocina, ayudada por José David Rodríguez y Adrián en la sala, con Isabel Bueno y el sumiller Manuel Flores.

En su amplísima carta, en la que incluyen tres o cuatro nuevos platos cada mes, destacan su arroz seco de carabinero y rape, el carabinero crujiente con crema de foie, el cangrejo real de Alaska gratinado (con huevas de pez volador), el pichón de Bresse con su jugo y huitlacoche, las colmenillas a la crema, el atún de almadraba Nikkei. Tambien preparan excelentes guisos como su sopa de pescado y marisco al estilo donostiarra, las pochas de Navarra con navajas o las pochas de Zarauz guisadas con rabo de toro. Cuentan con una amplísima bodega con más de 300 referencias y 120 denominaciones de origen y una agenda completa de eventos como el de ayer con los vinos blancos de Fefifañes (D.O. Rías Baixas) y los espumosos de Recaredo (D.O. Cava) el martes 19 de julio.