El proceso por filtración de información clasificada vaticana recibió hoy su primera sentencia: dieciocho meses de cárcel para el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda y la absolución de los dos periodistas que publicaron el material.

El presidente del Tribunal de primera instancia del Estado de la Ciudad del Vaticano, Giuseppe dalla Torre, leyó el veredicto con el que condenó únicamente a Vallejo y a su ex colaboradora, Francesca Chaouqui, que recibió la pena de diez meses de prisión.

El resto de los cinco imputados en el juicio fueron absueltos: el administrativo Nicola Maio y los periodistas que publicaron la documentación reservada, Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, en sus respectivos libros "Via Crucis" y "Avarizia".

La espera de la sentencia fue larga, una hora y media desde que la Santa Sede convocó a los acusados, y en ese tiempo se vivió en el aula del tribunal un ambiente tenso, especialmente visible en Chaouqui y Maio, ambos cabizbajos y muy serios.

La excepción la puso el sacerdote español, Vallejo, quien ha confesado haber pasado información a Nuzzi bajo las supuestas presiones de Chaouqui y que no borró la sonrisa de su rostro durante toda la vista, en la que charló con los periodistas acreditados.

En primer lugar, el juez anunció la absolución de los cronistas imputados, debido a "la subsistencia, radicada y garantizada por el derecho divino, de la libertad de manifestación de pensamiento y de prensa en el ordenamiento jurídico vaticano".

También reconocieron "el defecto de jurisdicción" de dicho tribunal para procesar a los informadores, ya que los hechos atribuidos no fueron cometidos dentro de las fronteras vaticanas ni por funcionarios de la Santa Sede.

Posteriormente pasó a leer la absolución de Maio, al considerar "la no evidencia procesal de los elementos constitutivos de delito".

Tras esto, el presidente del tribunal pasó a anunciar la condena de dieciocho meses de prisión para el cura español, que seguirá algunos días en estado de semilibertad a la espera de conocer si interpone o no un recurso ante la justicia vaticana.

No obstante, tras escuchar la sentencia pudo verse al sacerdote muy relajado y abrazándose a su defensora.

Por último, el tribunal condenó a diez meses de prisión a la imputada Chaouqui ya que la acusación "no ha demostrado suficientemente que haya revelado noticias o documentos clasificados" pero ha demostrado que cooperó a tal fin con Vallejo.

El veredicto suscitó un visible alivio en el banquillo de los acusados, sobre todo en Maio que en esta última fase del proceso se ha mostrado muy intranquilo, llegado incluso a interrumpir a gritos al promotor de justicia (fiscal) en una ocasión.

Y es que las penas dictadas por el juez han sido muy inferiores a las solicitadas por los promotores Gian Piero Milano y Roberto Zannotti: 3 años y 9 meses de prisión para Chaouqui, 3 años y 1 mes para Vallejo, 1 año y 9 meses para Maio, 1 año bajo condicional para Nuzzi y la absolución de Fittipaldi.

Los tres primeros estaban acusados de formar una asociación delincuente y de divulgación de secretos cuando prestaban sus servicios en la COSEA, una comisión que investigaba por orden del papa Francisco el aparato financiero de la Santa Sede.

Los periodistas, por otro lado, respondían al cargo de cooperación para la divulgación de noticias.

Quizá una de las imágenes de esta jornada sea la de la propia Chaouqui llorando ante el Colegio de Jueces y reivindicando que ella nunca pasó información a los periodistas y que tampoco amenazó al monseñor español, que así lo afirmó para justificar su filtración.

Tras la lectura de la sentencia, pudo verse a la imputada abrazándose a su abogada y, posteriormente, expresó su satisfacción por esta sentencia, que marca un proceso que ha podido destruir su vida y su familia, tal y como reivindicó posteriormente.

Los periodistas por su parte criticaron el proceso, llegando a calificarlo de "kafkiano", pero al mismo tiempo destacaron que el Vaticano "ha sido valiente" al "rectificar inteligentemente".

Este caso trascendió a la opinión pública el pasado 2 de noviembre, después de que la Santa Sede informara de que había detenido a dos personas por haber sustraído supuestamente material clasificado: Se trataba de Vallejo y de Chaouqui.

La exrelaciones públicas fue liberada un día después mientras que Vallejo ha vivido desde entonces bajo una serie de medidas cautelares de restricción de su libertad de movimiento.

Se trataba de información relativa al periodo previo a las reformas del papa Francisco y que relataban todo tipo de malas prácticas financieras en la Curia romana, especialmente relacionadas con la congregación para la Causa de los Santos.