Una mujer de 32 años, N. R. N., denuncia que el Área de Salud de Ibiza y Formentera ha tardado cinco días en atenderla a pesar de haber acudido en varias ocasiones al servicio de Urgencias del hospital Can Misses con una amenaza de aborto. De hecho, la mujer, que estaba embarazada de seis semanas, ha perdido al bebé que esperaba. «Era un embarazo muy deseado. Había estado tomando vitaminas y ácido fólico para quedarme embarazada y queríamos tener ese niño. Era muy buscado», comenta, desolada, la paciente.

La joven explica que el pasado sábado por la tarde acudió al servicio de Urgencias de su centro de salud, el de Sant Antoni, porque había comenzado a sangrar y que allí le indicaron que no podían atenderla y que acudiera cuanto antes al hospital. Asegura que cuando llegó al hospital entregó el documento que le habían entregado, en el que se indicaba que la paciente estaba embarazada y sangraba.

Asegura que llegó al hospital y que a pesar de que explicó su situación pasó «horas y horas» esperando que la atendieran: «Me vio una médico general y, al ver la hemorragia, me dijo que tendría que verme alguien de ginecología». La paciente asegura que estuvo tres horas a la espera del especialista y que, pasado este tiempo, la misma médico que la había atendido le entregó un volante para que solicitara una cita con el ginecólogo el lunes a primera hora: «Pero me dijeron que no había cita para ese día y me la dieron para el miércoles a mediodía».

La mujer explica que al ver que continuaba con hemorragia regresó a Urgencias al día siguiente a las siete de la tarde. La ubicaron en pasillo, según indica el informe de boxes, que especifica en mayúsculas el diagnóstico: 'Amenaza de aborto' y vuelve a remitirla a una 'interconsulta de ginecología' el lunes.

Desesperada por el dolor que sentía en el abdomen y la zona lumbar, y preocupada por su embarazo porque no dejaba de sangrar, la paciente regresó de nuevo al servicio de Urgencias del hospital Can Misses.

El informe que le entregaron la noche del lunes al martes, indica en el diagnóstico que la paciente sufría «aborto en curso» y que en la ecografía que le realizaron «no se apreciaba saco gestacional». En el informe, la médico que la atendió explica: "Intento contactar telefónicamente en cuatro ocasiones [con la ginecóloga] sin lograr contactar con ella.

Llamo a paritorio y me indican que está en una urgencia ginecológica en planta. Explico a la paciente lo ocurrido y que debe esperar. El día anterior tampoco fue valorada por el servicio de ginecología". La mujer señala que la doctora le dijo 'que ya no había bebé', por lo que, dolorida y triste, optó por irse a casa a descansar. El ginecólogo no la vio hasta el miércoles a mediodía, cuando tenía la cita, y le confirmó que había sufrido un aborto.

La mujer no entiende que estando embarazada y con riesgo evidente de perder al bebé no la atendiera nadie en las dos ocasiones que fue a Urgencias. Además, denuncia el 'caos' y las formas con las que la mayoría del personal trata a los pacientes: "Una enfermera fue muy grosera conmigo. Otra médico empezó a gritar que no quería a más pacientes allí. Una chica que estaba embarazada se desmayó y no la atendió nadie hasta que yo no empecé a chillar".

La joven critica también la actitud del servicio de seguridad del hospital: «Con un montón de gente esperando, había bastante personal sanitario fumando y hablando fuera. Un chico salió y les hizo una foto. No salía ningún paciente, sólo el personal del hospital que, además, estaba fuera, y un vigilante de seguridad le quitó el móvil y le obligó a borrar las fotos».

La paciente confiesa que le gustaría denunciar el caso en los juzgados, pero señala que eso «es caro». «Espero que ninguna mujer más pierda un bebé por falta de atención», apunta.