Un total de 31 artistas han unido este sábado su talento a la campaña de Greenpeace para salvar el Ártico. En un muro de más de 600 metros, 1.500 m2 de pared, toda una manzana comprendida entre Carrer de l´Agricultura y las calles Pallars y Venezuela en el barrio barcelonés de Ploblenou, los artistas han plasmado su interpretación de la importancia Ártico. Esta región es clave para el clima global, alberga una importante biodiversidad y es el hogar de más de 4 millones de personas. Sin embargo, carece de protección frente a las amenazas del cambio climático y la actividad de la industria petrolera y pesquera.

En el acto, organizado por Greenpeace y la asociación Rebobinart, han participado artistas como Dase o El Xupet Negre y otros 30 artistas de hasta siete nacionalidades distintas bajo el lema Salva el Ártico. Osos polares, ballenas, morsas y hielo, ilustran los muros de estas calles que han dejado un mensaje ciudadano para la protección del Ártico.

"El Ártico necesita ser protegido de forma urgente. La pérdida de hielo es cada vez más alarmante, hace tan solo diez días se alcanzaba el peor registro histórico de cobertura de hielo invernal" ha declarado Elvira Jiménez, responsable de la campaña de Ártico de Greenpeace "El acto de hoy se suma a los más de siete millones de personas en el mundo que ya han pedido su protección y la creación de un Santuario en las aguas internacionales del océano ártico".

Junto con los artistas a la actividad se han sumado ciudadanos que han podido dejar su muestra de apoyo a la campaña en la parte del muro colaborativa.

2016, un año crucial para el Ártico

Greenpeace trabaja para que este año se alcance la declaración del primer Área Protegida Marina (AMP) en el alto Ártico en un acuerdo legalmente vinculante en el marco del Convenio OSPAR. OSPAR es el instrumento legal que rige la cooperación internacional para la protección del medio marino del Atlántico Noreste. En junio tendrá lugar en España un encuentro clave de este Convenio del que puede salir la protección de cerca del 10% de las aguas internacionales de este océano que Greenpeace, y más de siete millones de personas, piden sean declaradas un Santuario global.