Semánticamente solo cumple una acepción de su sustantivo porque no sólo es un bar, ni tampoco es un ático, pero leído todo junto, sí que cumple su nombre... Baratico, el primer ´gastrogarito´ del mundo, según lo definen sus artífices Álvaro Tomás Sánchez y Aurelio Martínez Carrasco, quienes regentan desde hace ya más de dos años este pequeño gran local en la calle Saavedra Fajardo que nos sorprenderá por la calidad y variedad de sus tapas y la categoría de su cocina a un precio más que ajustado con la ayuda de David, Patricia y Ángel.

En un reducido espacio con capacidad para unos cuarenta comensales y tras su llamativa barra, de color entre morado y fuxia, nos presentan una cocina tradicional con formas, colores y sabores sin pretensiones de modernidad pero con un resultado sorprendente. «Somos un sitio pequeño y cercano donde los clientes terminan siendo amigos entre ellos. Nuestra carta permite pedir variedad de platos al centro de cosas muy diferentes -nos comenta Álvaro- y así se puede comer de tapeo y probar hasta media docena de platos diferentes, aunque también tenemos platos más contundentes como el solomillo de cerdo flambeado o el secreto de black angus».

Cuentan con menú diario por diez euros que incluye primer y segundo plato a elegir, primera bebida y postre o café y su carta nos ofrece tres tipos de ensalada, gourmet (con queso de cabra gratinado), templada (con setas y jamón) o tomate con ventresca y salmorejo.

Para picar destacamos sus croquetones de jamón o verdura o su ceviche, y para comer, sus tres tipos de mini hamburguesas, baratico, ahumada o gourmet, su solomillo de cerdo flambeado o sus alcachofas, verdura en tempura, papillote de marisco, huevos rotos o con gulas o su canelón de bacalao.