La enzima piruvato quinasa adopta dos formas, pero el equipo de la Universidad de Harvard, dirigido por el profesor Lewis Cantley, descubrió que sólo una de ellas, la PKM2, permite ese consumo acelerado de glucosa.

Según explican en el último número de la revista "Nature", cuando los científicos obligaron en el laboratorio a las células cancerosas a adoptar la otra variante, suprimiendo la producción de PKM2, se frenó su crecimiento.

Esas células se inyectaron entonces a ratones de laboratorio, que mostraron menor propensión a desarrollar tumores.

El descubrimiento de que las células cancerosas consumen glucosa a mucho mayor velocidad que las normales lo hizo el químico y premio Nobel alemán Otto Warburg hace más de tres cuartos de siglo.

Warburg demostró además que la cantidad de glucosa que necesitaban las células para mantener sus signos vitales era mínimo, lo que las permitía crecer y dividirse a gran velocidad.

Hasta ahora, sin embargo, se desconocía el mecanismo exacto del llamado "efecto de Warburg".

Según el profesor Cantley, "dado que la PKM2 se encuentra en todas las células cancerosas que hemos examinado y que no aparece en la mayoría de los otros tejidos adultos, y habida cuenta de que es crucial en la formación de tumores, esa variedad de la piruvato quinasa puede convertirse en blanco de la terapia anticancerosa".

Según la doctora Joanna Peak, de la organización Cancer Research UK, citada por la BBC, "no sabemos aún si ese descubrimiento puede aplicarse a los cánceres humanos fuera del laboratorio, por lo que habrá que será necesario seguir investigando antes de pensar en desarrollar tratamientos que bloqueen ese proceso.