El descubrimiento de estas especies de copépodos (Metacyclops planus y Metacyclops leuckarti) y cladóceros (Ilyocryptus sordidus, Moina salina y Pleuroxus letournexi) fue anunciado por la Estación Biológica de Doñana en la última reunión del Consejo de Participación del espacio natural, ha informado hoy en un comunicado la Consejería de Medio Ambiente.

Estos microcrustáceos, de menos de un milímetro de longitud, forman parte del zooplancton, de forma que, según los investigadores, son fundamentales para la cadena trófica en los ecosistemas acuáticos de Doñana, espacio natural que sustenta su extraordinario valor ecológico en la biodiversidad que concentra.

Su flora es muy diversa, con más de 900 especies de plantas vasculares y helechos, debido a sus diferentes ecosistemas tanto acuáticos como terrestres, y así en el Parque crecen especies vegetales raras o endémicas como la gramínea Vulpia fontquerana y la diminuta escrofulariácea Linaria tursica, ambas incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

Según la nota, también está presente el enebro costero (Juniperus oxycedrus subsp. macrocarpa) y otras rarezas como Micropyropsis tuberosa, Hydrocharis morsus ranae o Thorella verticillatinundata, incluidas en el Catálogo Andaluz de Especies de Flora Silvestre Amenazada y consideradas de interés comunitario.

En 2000 fueron incluidas, además, numerosas especies raras, endémicas o singulares del Espacio Natural de Doñana en la Lista Roja de la Flora Vascular Española, elaborada por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN).

En los ecosistemas de Doñana, de los que cada uno posee una fauna propia y diferencia, se encuentran 20 especies de peces de agua dulce, 11 de anfibios, 21 de reptiles, 37 de mamíferos no marinos y 360 aves, de las cuales 127 se reproducen habitualmente en el Parque.