Estos tres ejemplares fueron rescatados heridos por pescadores en el mar de las localidades de Benicarló, en Castellón, y en Cullera (Valencia).

Las tres tortugas marinas presentaban lesiones causadas por pesca de arrastre y anzuelos, según han explicado fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente.

Tras varios meses de recuperación en las instalaciones de La Granja de El Saler y en L'Oceanogràfic, hoy han sido devueltas a su hábitat.

Según ha indicado el director del parque natural de Serra Gelada, Eduardo Mínguez, las actuaciones de acogida y recuperación de tortugas marinas y delfines que aparecen varados en las costas de la Comunitat Valenciana cuenta con el apoyo, además de la Conselleria, de la Universitat de València, L'Oceanográfic, los ayuntamientos, las cofradías de pescadores, la Cruz Roja y la Guardia Civil.

Todos ellos forman parte de la denominada Red Valenciana de Varamientos, ha señalado Mínguez, quien ha recordado que el teléfono de contacto gratuito para comunicar cualquier avistamiento de tortugas es el de Emergencias de la Generalitat 112.

Desde 1991 hasta ahora, en el Centro de Recuperación de Fauna "La Granja" de El Saler han sido acogidas más de 250 tortugas bobas vivas. De ellas, más del 85% de los ejemplares ha podido ser reintegrado al mar.

En 2007, el Centro de Recuperación de Fauna La Granja de El Saler ha acogido 39 ejemplares de tortuga marina, según fuentes de la Conselleria, que han afirmado que esta cifra es la mayor desde que dicho centro se encarga de la recuperación de esta especie amenazada.

Las causas principales de acogida de los ejemplares son dos: los emallamientos con redes de pesca (40%) y los anzuelos alojados en esófago, estómago o intestino de las tortugas (30%).

En estos casos, su recuperación pasa por la realización de complicadas operaciones quirúrgicas que las tortugas superan gracias al destacado poder regenerativo de sus tejidos y a la experiencia de los veterinarios del Centro y de L'Oceanográfic.

La tortuga boba es una especie protegida y amenazada de extinción. Su principal problema es la pesca accidental de ejemplares por barcos palangreros dedicados a la captura del pez espada.