Vallat dijo en una conferencia de prensa que hay que vacunar esas dos especies sensibles desde que la vacuna esté disponible, lo que significa hacerlo en los próximos meses antes de que la llegada del calor reactive el virus.

Señaló que hay tres laboratorios que han trabajado en esa vacuna y que al menos uno parece que estará en disposición de proveer productos contra el virus que atacó varios países europeos el pasado año.

Recordó que el brote que afectó en 2007 la Europa continental había llegado en 2006 por Holanda mediante un vector sobre el que no se tiene certidumbre, aunque pudo ser un animal de un zoo.

Después de pasar inactivo durante el invierno, desde la primavera del pasado año se produjo una explosión de brotes, un fenómeno que corre el riesgo de reproducirse o incluso de amplificarse en 2008, según la OIE.

La vacunación en este caso no impide la exportación de los animales.

Vallat, que hacía balance de actividades de su organización (que agrupa 172 países), destacó que el fenómeno de la fiebre catarral en Europa es un ejemplo de enfermedades que extienden su zona de afección por el calentamiento climático, ya que en el pasado el virus no lograba sobrevivir al invierno en el Viejo Continente.

Preguntado sobre las principales amenazas de enfermedades animales, citó la gripe aviar, el virus del Nilo occidental, el virus de Nipah que ha afectado a Indonesia, el síndrome de Antavirus en Latinoamérica o el ébola en África.

Sobre la gripe aviar, recordó que gracias a la acción internacional ahora se logra atajar cualquier brote que se produce del virus H5N1 en la mayor parte de los países.

El problema es que en Indonesia, en Egipto y, en menor medida en Nigeria, se ha convertido en un virus endémico.

Vallat recordó que desde el principio la OIE había advertido contra los anuncios catastrofistas de que no había base científica para cifrar el riesgo de que la gripe aviar causara una pandemia, lo cual no significa que ese riesgo haya sido nulo.

En cualquier caso, a la vista de la experiencia que ya se tiene de los últimos cuatro años, constató que se trata de un virus estable que no ha mutado como algunos temían.