Los investigadores del Laboratorio Nacional de Genética Molecular de Plantas en Shanghai identificaron el gen, previamente desconocido, y en un primer experimento redujeron su predominio genético, lo que hizo aumentar el peso del grano en un 49,8 por ciento.

Según el jefe del equipo científico, Lin Hongxuan, el método utilizado -llamado hibridación- no es transgénico y, por ello, es seguro para el consumo.

Lin señaló que el gen, conocido como GW2, podría ser alterado o eliminado utilizando herramientas de ingeniería genética ya existentes, pero eso daría una nueva especie de arroz que podría necesitar años para ser aprobada.

China no ha aprobado la producción para fines comerciales de ningún tipo de planta transgénica desde 1999, aunque algunos sectores científicos quieren que se autoricen las que están en estudio, lo que causa recelos en grupos ecologistas como Greenpeace.

Pese a que con la técnica utilizada se obtendrían granos más pesados, la cosecha total de cada planta estudiada aumentó únicamente en un 20 por ciento, explicó Lin.

"Mientras el grano aumenta de peso y tamaño, la cantidad producida disminuye simultáneamente. Por ello, la producción total de una planta no se incrementa tanto como el propio grano", agregó el científico.

Lin precisó que otro gen, también identificado por su equipo, es el responsable por controlar la cantidad de granos. "También estamos trabajando en ese gen. Puede que podamos tener bajo control tanto la cantidad como la calidad y producir especies con mejores cosechas", dijo.

No obstante, explicó que aumentar la producción del arroz en el campo es un proyecto complejo y sistemático y que este hallazgo es solamente el primer paso.

"El aire, el agua y la nutrición también contribuyen significativamente hacia la producción de arroz. No podemos hacernos cargo de hectáreas de arrozales de la misma forma que cuidamos las 25 plantas que tenemos actualmente en el laboratorio. Necesitamos más experimentos para confirmar los resultados", concluyó.