El robot del Instituto de Investigaciones Marítimas Griego fue trasladado a bordo del barco "Filia", propiedad del instituto, desde la isla griega de Creta a la de Santorini para iniciar hoy las operaciones de investigación a una profundidad de 150 metros.

Los técnicos del instituto explicaron que el aparato, denominado Max Rover, tiene dos cámaras que pueden enfocar hasta 10 metros, cuenta con un sonar para detectar a una distancia de 50 metros y puede llevar a cabo trabajos con palancas, movidas por cuatro motores.

El crucero que se hundió 14 horas después de colisionar a 500 metros de la costa contra un arrecife, se ha ido deslizando hacia el fondo del mar.

Hoy la popa de la nave se encontraba a 150 metros de profundidad, y la proa a 70 metros, informó la capitanía de Santorini.

El crucero llevaba 1.500 ocupantes, 1.155 de ellos turistas, que fueron evacuados a salvo en las primeras horas del siniestro, con excepción de un hombre y su hija, ambos de nacionalidad francesa, que aparentemente quedaron atrapados en la cabina inferior en la parte derecha de la proa de bulbo en donde se produjo la brecha.

Por otro lado, hoy continúan los testimonios de la investigación sobre las causas y responsabilidad del siniestro.

El capitán del crucero "Sea Diamond", Ioanis Marinos, y cinco oficiales de la tripulación fueron presentados ante la Justicia el sábado por la fiscalía, acusados de negligencia, violación de las leyes de seguridad de navegación y contaminación del medio ambiente.

El "Sea Diamond" fue comprado por la compañía "Louis Cruiser Lines" con sede en Chipre y, botado en abril de 2006, se usaba para efectuar excursiones en el mar Egeo, hasta Turquía.

El capitán del "Sea Diamond" hasta enero de 2007, entrevistado por la cadena "Alpha" sin mencionar su nombre, declaró que había viajado muchas veces con Ioanis Marinos como asistente, segundo en la jerarquía, y que juntos habían hecho el itinerario repetidas veces, además de que también trajeron el barco desde Finlandia, en donde fue construido.

Añadió que el crucero de 140 metros de eslora y un desplazamiento de 22.465 toneladas de capacidad, tenía un casco de gran resistencia incluso contra icebergs y que tenía un "excelente" equipamiento.

Las autoridades de Santorini informaron de que se han vertido ya 70 toneladas de fuel al mar y se intentará frenar la salida del resto del combustible que llevaba el barco para evitar un desastre ecológico y económico de la isla turística.