Los grupos sanguíneos A, B y AB sólo pueden ser proporcionados a determinados individuos, de forma opuesta a lo que sucede con el grupo sanguíneo O, que puede ser donado a cualquier persona y es por ello considerado "universal".

La correcta correspondencia de la sangre donada según el sistema del grupo sanguíneo ABO es crítica para asegurar la seguridad de las transfusiones sanguíneas. Los raros errores en los que un individuo recibe una transfusión con un tipo de sangre incompatible continúan ocurriendo, y a menudo conducen a graves e incluso fatales reacciones del paciente.

Los investigadores describen el aislamiento de nuevas enzimas que permiten a las células sanguíneas del grupo A, B y AB convertirse en células del grupo O, a través de pruebas confirmatorias. Las enzimas eliminan las moléculas de azúcar de la superficie de las células que desencadenan la reacción inmune contra las células en los receptores no correspondientes.

Según los autores del trabajo, el siguiente paso para avanzar en esta tecnología será el desarrollo de ensayos clínicos para determinar si la sangre universal producida por este método es segura y eficaz.