Así lo defendió hoy la ministra española de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ante el plenario de la XII Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático de las Naciones Unidas, que se celebra en Nairobi.

Narbona urgió a la comunidad internacional a asumir compromisos eficaces y acordes con la dimensión del problema social, medioambiental y económico que causa el cambio climático.

Corroboró la ministra el compromiso del Gobierno español en la lucha contra la pobreza, pero insistió en que para erradicarla será necesario combatir las causas del "gravísimo" deterioro del medio ambiente.

Narbona mantuvo que el coste económico de no actuar frente al cambio climático será cada vez más elevado y superior al que tendrían durante las próximas décadas las medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para reducir sus efectos.

Esos efectos, dijo la ministra, serán más graves en los países más pobres del planeta, y observó que éstos han sido, sin embargo, los que menos han contribuido al cambio climático.

Se refirió en su intervención ante el plenario a la experiencia europea sobre la creación de un mercado de carbono, y estimó que ésta podría ser la base de nuevas "alianzas" con países industrializados aunque no hayan ratificado (como Estados Unidos o Australia) el Protocolo de Kioto de lucha contra el cambio climático.

La ministra ratificó que España espera detener este año el crecimiento de emisiones de gases de efecto invernadero, y aseveró que el Ejecutivo trabajará "con determinación" para cumplir los compromisos que adquirió al sumarse al Protocolo de Kioto.

Narbona incidió en que el Gobierno español trabajará además para consolidar después de 2012 -cuando finaliza la aplicación del Protocolo de Kioto- un proceso "irreversible" de sustitución de los combustibles fósiles como el carbón o el petróleo por energías renovables.

Consideró en ese sentido "imprescindible" la complicidad de los agentes económicos, sobre todo de los sindicatos y los trabajadores, para reorientar el sistema productivo y para tratar de garantizar una transición "justa" hacia un modelo económico más sostenible.

Destacó la aportación de España a la Convención de Cambio Climático, así como la contribución, con dos millones de euros, a la iniciativa conjunta de los programas de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y para el Medio Ambiente (PNUMA) para favorecer el acceso de los países en vías de desarrollo a los mecanismos de desarrollo limpio.

La ministra defendió la posición de España a favor de que se "perfeccionen" estos mecanismos para que se pueda ampliar el abanico de países que puedan ser beneficiarios de los mismos.

España, según los datos de la delegación española, es el país con un mayor volumen de transferencia de tecnologías limpias (sobre todo de los sectores hidráulico y eólico) hacia países en desarrollo a través de esos mecanismos de desarrollo.

La transferencia de tecnologías limpias a esos países triplica en volumen la de Francia y es "muy superior" a la que realizan el Reino Unido o Estados Unidos, según el resultado de un estudio realizado por un consorcio internacional presentado en la Conferencia de Nairobi.