De ser aplicado, el sistema permitirá advertir a la población de cuándo hay demasiada polución en el aire, así como medir a diario los niveles de ozono en el cielo de la ciudad y calcular predicciones para los próximos dos o tres días a la manera de los partes meteorológicos.

"Si la espesura (por la polución de ozono en el aire) amenaza a la salud humana, la Oficina (Meteorológica de Shanghai) sugerirá a la gente que deje de utilizar sus vehículos si es posible, ya que no existe una manera efectiva de hacer disminuir el contenido de ozono en el aire", afirmó Geng Fuhai, subdirector del organismo.

"China ni siquiera tiene un estándar de contenido de ozono" como un nivel que dispare las alarmas, añadió, aunque en Estados Unidos está fijado en un volumen de ozono en el aire de 81 partes por mil millones, y la oficina está discutiendo sobre su proyecto con el Centro Nacional de Investigación Atmosférica estadounidense.

Según la prensa oficial, la espesura media del ozono en el aire de Shanghai es de entre un 50 y un 60 partes por mil millones, lo que se considera un volumen "normal".

El ozono se forma cuando se exponen al sol los compuestos orgánicos volátiles que flotan en el aire, liberados por la combustiones en vehículos y fábricas, y entre los que se encuentran una gran variedad de sustancias químicas, el como monóxido de carbono, explicó el especialista chino Tie Xuexi.

"Los vehículos y las plantas energéticas son los dos orígenes principales del ozono (en las ciudades) y cuanto mayor sea la visibilidad del aire, más ozono producirán", afirmó Tie.

La presencia del ozono en el aire es dañina para el sistema respiratorio humano, y puede dar lugar a infecciones pulmonares, sobre todo en niños y ancianos.