En un comunicado difundido en Roma con motivo de la celebración en Nairobi de la Conferencia sobre el Cambio Climático, la FAO ha señalado "que es necesario prestar mayor atención al impacto del cambio climático en la agricultura, la silvicultura y la pesca".

Además, la organización internacional considera que también se debe poner gran atención en las medidas para adaptarse a ese fenómeno y "mitigar sus efectos".

En concreto, la FAO señala como una prioridad "conseguir fortalecer la resistencia de los sistemas agrícolas a las variaciones del clima".

Con ese motivo, la organización de la ONU proporcionará a los países "instrumentos e información para transformar sus políticas y prácticas agrícolas, pesqueras y forestales".

En esa información están datos agrometeorológicos para evaluar el impacto de la climatología extrema, las herramientas para examinar la vulnerabilidad de los cultivos, los mapas de cubiertas vegetales, la evolución de los recursos agrícolas y forestales a nivel mundial y la orientación sobre el desarrollo de medios de subsistencia rurales.

Pero la FAO considera que su ayuda y asesoramiento no se limita exclusivamente a la cuestión alimentaria, ya que también puede contribuir a mitigar los efectos del cambio climático con cuestiones que caen bajo su ámbito de acción, como la gestión de los bosques o la energía procedente de fuentes biológicas.

Sobre esta última, el comunicado recuerda que "se prevé un progresivo aumento de los combustibles biológicos durante los próximos cincuenta años".

La agricultura y la silvicultura proporcionarán las principales fuentes de combustibles biológicos líquidos y sólidos, como ya lo hacen los cultivos de azúcar, maíz y soja que se usan para producir etanol o biodiesel.

La FAO subraya que "aunque no existe una solución única para todos los países, la bioenergía tiene un papel clave para adaptarse y reducir el cambio climático".

Explica que "con las tecnologías adecuadas, convertir biomasa como madera, residuos de cosechas, hierba, paja y maleza en combustible podría proporcionar una fuente abundante de energía limpia y barata".

El beneficio en este caso es doble porque, además, "se estimula el desarrollo económico en las comunidades rurales, aumenta los ingresos de los campesinos y mejora su seguridad alimentaria".

En cuanto a la cuestión forestal, la FAO recuerda que una mejor gestión de los bosques tiene "un papel clave" para reducir el cambio climático en todo el mundo.

"Cuando son sobreexplotados, los bosques se convierten en fuentes de emisión de gases causantes del efecto invernadero. Al mismo tiempo, los bosques y la madera que producen capturan y almacenan dióxido de carbono de la atmósfera, por lo que tiene un papel clave para mitigar el cambio climático", recuerda la FAO.