La Opinión de Murcia

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Semana Santa en Murcia

El cielo da una tregua al Rescate y al Cristo de la Salud

Las procesiones de Martes Santo, que acortan sus itinerarios por la amenaza de lluvia, reflejan los principales versículos de la Pasión: Jesús primero prendido y luego muerto en la Cruz

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Semana Santa de Murcia: procesión del Cristo del Rescate ISRAEL SÁNCHEZ

«El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: ‘Aquel a quien yo dé un beso, ése es, prendedle y llevadle con cautela’. Nada más llegar, se acerca a él y le dice: ‘Rabbí’, y le dio un beso. Ellos le echaron mano y le prendieron».

El Evangelio según San Marcos es, en el Martes Santo murciano, una talla que oficialmente no tiene autor. Sin atrezo, sin apóstoles, sin cortejo, sin soldados. Se sabe que data del XVII y que sobrevivió a la Guerra Civil escondido en una doble pared. Le decían el ‘Cristo de las Manos Atadas’, porque así luce, tras ser prendido. El Cristo del Rescate, la joya de la Hermandad de Esclavos a la que da nombre, salía este Martes Santo a la calle, por fin en procesión. Hasta el último momento sus cofrades estuvieron pendientes de las nubes, pidiendo al cielo una tregua, pisando charcos y destilando amor.

Martes Santo: Cristo de la Salud

Martes Santo: Cristo de la Salud A.L.H.

Nuestro Padre Jesús del Rescate fue uno de los tres cristos que acompañó el mes pasado a la Virgen de la Fuensanta en rogativa. Entonces los creyentes pedían agua; este Martes Santo, pedían una tregua al cielo. En el mismo cortejo participó otro de los crucificados más venerados de Murcia, que este martes también salía en procesión: el Santísimo Cristo de la Salud. Ambos cortejos, que parten con 45 minutos de diferencia de iglesias casi vecinas, veían acortados sus recorridos, por decisión del Cabildo. Aunque el tiempo parecía calmado, mejor aligerar, por si acaso.

En concreto, al Rescate (más su Cruz Guía y María Santísima de la Esperanza) le marcaron la ruta por Hernández Amores, Barrio Nuevo y Cetina, para regresar por Isidoro de la Cierva. No cabía un alfiler ni un alma más en Belluga para verlo, a él y a su madre, que luego se encontrarían, como es tradición en tal día como hoy.

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Semana Santa de Murcia: procesión del Cristo de la Salud ISRAEL SÁNCHEZ

En el caso de la Procesión de la Pontificia, Real, Hospitalaria y Primitiva Asociación del Santísimo Cristo de la Salud, el recorrido se redujo a Eulogio Soriano, Correos, Apóstoles, Belluga, Escultor Nicolás Salzillo, Hernández Amores, calle Barrionuevo, Cetina, Correos, Eulogio Soriano y regreso a la Plaza del Cristo de la Salud.

«Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: ‘Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen’. Se repartieron sus vestidos, echando a suertes». Lo explicó San Lucas en sus versículos, y lo explica con su presencia el Cristo de la Salud, la talla más antigua de la Semana Santa murciana, cada vez que se cruza con una persona, devota o no.

Semana Santa de Murcia: la Virgen del Primer Dolor procesiona en La Salud

Semana Santa de Murcia: la Virgen del Primer Dolor procesiona en La Salud A.L.H.

A la salida de San Juan de Dios del paso de la Virgen del Primer Dolor, dos niñas, con las manos entrelazadas, rezaban un Ave María. Nuestra Señora lucía enteramente blanca, con flores sólo blancas. Procesionaba al lado del templo cuando salía su hijo, el decano de todos los Cristos de Murcia, entre cuatro cirios que eran antorchas y con los sones del himno nacional para recibirlo. Caminaba el Cristo, agonizante pero aún vivo, y escoltado por la Guardia Civil, y sonaba tras de sí una música épica, de sacrificio por todos los hombres, por el perdón de sus pecados. 

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