La última vez que el Cristo del Perdón salió en procesión, ardió Notre Dame. Aquel Lunes Santo de 2019 los murcianos miraban en sus móviles, horrorizados, las noticias que llegaban desde París, y a la vez observaban, con veneración, el paso principal del castizo desfile magenta, sin imaginar que, durante los dos años siguientes, una pandemia que por aquel entonces nadie tenía en la cabeza iba a trastornarlo todo, también la salida de los cortejos. Este 11 de abril, la sagrada talla de Salzillo volvía a salir a la calle, y lo que ardió fue la devoción en el corazón de quienes los vieron. 

Lunes Santo: salida del Santísimo Cristo del Perdón

Lunes Santo: salida del Santísimo Cristo del Perdón A.L.H.

San Antolín, el barrio que acoge la botica en la que nació el Entierro de la Sardina, tiene el alma de color magenta por causa de la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, fundada allá por 1896. 

Desde primera hora de la mañana fue constante el goteo de fieles que se acercaban a la iglesia, y el goteo se convirtió en explosión al mediodía, momento de besar los pies del Santísimo Cristo del Perdón, aunque sin besarlos. En el altar, una enorme corona de rosas rojas (que luego, en el cortejo, decoraría el trono, a modo de Gólgota) mandada por ‘Prendimiento Californios’, según se leía en la cinta. Alrededor del titular, expuestos y engalanados, los pasos. En un año de novedades.

Y es que la cofradía estrenaba, por ejemplo, los faroles de la Hermandad Juvenil de los ‘Ángeles de la Pasión’, el trono que abre el cortejo. Estos ángeles sostienen, mano a mano, una corona de espinas y portan una cruz. Símbolos de la Pasión, Muerte y Resurrección de la cual son heraldos.

Procesión del Perdón (Lunes Santo): salida del paso ‘Encuentro en la Vía Dolorosa’

Procesión del Perdón (Lunes Santo): salida del paso ‘Encuentro en la Vía Dolorosa’ A.L.H.

Asimismo, estrenaba peluca, realizada por el artesano peluquero José Fernando Espinosa, la imagen de Jesús del paso ‘Encuentro en la Vía Dolorosa’, que fue sacado del templo a las ocho y diez de la tarde, con sus margaritas y rosas reverdeciendo. A la misma escultura se le ha restaurado la corona, que luce un nuevo recubrimiento de pan de oro. 

Asimismo, sobre la testa de la Dolorosa (salida de las manos de Roque López) que acompaña al Cristo del Perdón en su paso también hay una corona nueva. ste paso salió el penúltimo, al son del incienso, de los fervores en el balcón y del himno nacional.

«¡Sálvate a ti mismo!»

 «Los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: ‘Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!’. Igualmente los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él diciendo: ‘A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es: que baje ahora de la cruz, y creeremos en él’». El Evangelio según San Mateo no se leía, sino que se escenificaba este Lunes Santo entre caramelos y huevos con mona. En los balcones de la plaza aún se veían palmas. En el cortejo, la ‘Virgen de la Soledad’, la Madre de Dios, sobre un lecho de flores blancas, parecía competir en hermosura con el conjunto de ‘El Ascendimiento’, la obra de Hernández Navarro plantada sobre orquídeas blancas y rosas rojas.

«Pilato les decía: ‘Pero, ¿qué mal ha hecho?’ Pero ellos gritaron con más fuerza: ‘¡Crucifícale!’», narró San Marcos para la posteridad. Los versículos hechos madera y sobre un trono dorado iban bajando, a hombros de los estantes, la rampa instalada para tal fin en el templo. 

Lunes Santo: 'El prendimiento' sale de la iglesia de San Antolín

Lunes Santo: 'El prendimiento' sale de la iglesia de San Antolín A.L.H.

«¡Nazareno, un caramelo!», se escuchaba, entre tambor y tambor, al sacar el paso de ‘Jesús ante Caifás’. Y no lo chillaba una niña, sino una mujer. Encendidos los faroles de ‘La coronación de espinas’, el barrio estallaba en aplausos cada vez que un paso nuevo cruzaba el umbral del templo. En los balcones se alternaban estandartes de la cofradía magenta y banderas de Ucrania, el país en guerra invadido por Putin.

Sonaron burlas y tintinearon faroles, al son de los nazarenos que aguardaban en el lateral de la iglesia a que llegase su turno. Los penitentes de color magenta soportaban el grito de «¡caramelos!» que lanzaban aquellos que, encaramados en una valla también de color magenta, se desgañitaban a la salida del cortejo. «¡Manolo!», chillaba una señora por probar, «¡dale un caramelo a la cría!»