Semana Santa en Cartagena

El encuentro de la madre dolida

La Plaza de la Merced vuelve a congregar a cientos de personas en la madrugada del Viernes Santo

Pablo González

Dicen que no hay una pérdida más dolorosa que la muerte de un hijo, una tristeza agudizada si sabes que ese joven de 33 años es el hijo de Dios y va a ser crucificado injustamente. Con esa pena la ‘Pequeñica’, acompañada por el San Juan Evangelista, se encontró en plena madrugada a Nuestro Padre Jesús Nazareno, con su cruz a cuestas procedente de la Pescadería de Santa Lucía, delante de una multitud que le intentaba consolar con aplausos y vivas en la parcialmente remodelada Plaza de La Merced.

En una noche de luna llena y 12 grados de temperatura, los tronos a hombros se juntaban frente al Palacio Aguirre ante un sinfín de móviles que grababan sin descanso ese emocionante momento para difundir la Semana Santa cartagenera en sus redes sociales.

Ellos eran los protagonistas, pero les acompañaban los tercios y tronos del Santo Cáliz, la Condena de Jesús, la Primera Caída y la Mujer Verónica, que este año había salido de la iglesia de Santa María antes, a las 2 de la madrugada, para poder ampliar su recorrido antes de llegar al Lago, pasando por la Calle del Aire, Cañón, Mayor, Plaza de San Sebastián, Arco de Caridad, Serreta y Don Roque.

También se unieron en la calle San Diego los miembros de la Agrupación de los Estudiantes, que con su Jesús de Medinaceli, partieron desde el antiguo Hospital de Marina con el permiso del vicerrector de Estudiantes de la Universidad Politécnica de Cartagena, de cuya rectora llevaba el bastón de mando. Precisamente, esta madrugada se estrenó en procesión de la mano de la Unión Musical Cartagonova la marcha ‘Alma In colume’, que José Manuel Nadal Diaz compuso para conmemorar el 50 aniversario de la primera salida a la calle de esta imagen. Por este motivo, la agrupación también estrenó la restauración y el plateado del Linun Crucis.

Unidas estas cuatro columnas continuaron su itinerario como una sola procesión hasta la Iglesia de Santa María de Gracia, reduciendo su itinerario respecto a años anteriores, al pasar desde la calle del Duque a la de San Francisco, Campos, Jara, Plaza de San Sebastián y Aire.

Aunque gracias a la presencia de ‘los judíos’ y granaderos, desde las 00:05 ya se notaba en unas abarrotadas calles que el Viernes Santo es marrajo, el Encuentro indicaba que esa noche no se podía dormir, pues ‘El Jesús’ va a ser crucificado.