La Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cartagena es el órgano que abarca a las cuatro hermandades, estando regida por una ejecutiva que actualmente tiene a Juan Carlos de la Cerra como presidente, siendo los restantes cargos ocupados por dirigentes de las cuatro cofradías, con el californio Francisco Pagán como capellán coordinador.

Cada vez más personas son conscientes del papel que tiene la Junta de Cofradías. ¿Cuál es el principal proyecto que tiene ahora sobre la mesa?

Es cierto que este órgano, aunque todavía quede alguno que dude de su funcionamiento, tiene sus propios estatutos y lleva a cabo una labor que va más allá que recoger el talón municipal y nombrar al pregonero y a la ‘Nazarena mayor’. Ahora, por ejemplo, estamos con el asunto de la gestión de las sillas para los espectadores de los desfiles. Llevamos dos reuniones y el resultado será muy importante para próximo el devenir procesionista.

La cantera que tenemos asegura el futuro frente a la pandemia

¿Regresará la revista anual?

En cuanto vuelvan las procesiones saldrá el quinto número.

¿Es cierto que todo paso nuevo debe recibir su beneplácito?

Sí, la Junta de Cofradías es la que debe autorizar su incorporación.

Obligado es hablar de la incidencia de la pandemia en la Semana Santa. ¿Cómo cree que se verá cuando haya pasado?

Pienso que como una época excepcional que nos invitó a un recogimiento mayor, pues debe servirnos para darnos cuenta de lo vulnerable que somos. El hombre es más grande cuando está de rodillas. Y digo esto porque entonces es consciente de su limitación y al final te das cuenta de que no somos nada. Valga el ejemplo del coronavirus. Un ‘bicho’ que ni vemos está matando a tanta gente en España como si se estrellase un avión de pasajeros a diario.

Tengo la sensación de que cuando vuelvan las procesiones serán muchas más personas las que desfilen; Cartagena se va a volcar

¿Por qué la Semana Santa no son sólo procesiones?

Porque la esencia de las cofradías son los actos litúrgicos, que son los que nos mueve a actuar como nos pide el Señor. La palabra de Dios es la sangre para que el cofrade actúe en sociedad y atendiendo a los más necesitados, si no hay eucaristías y otros actos no hay cofradía. En estos dos años no hemos tenido que estar con los habituales preparativos para los desfiles y ese tiempo nos permite vivirla de otra manera.

¿Afectará esta situación a la implicación de los jóvenes?

Puedo hablar por mi cofradía, la california, en la que tenemos un ‘miércoles santo en pequeño’ con la procesión del Domingo de Ramos. Hay un gran cantera y el futuro está asegurado.

¿Habrá desfiles en 2022?

Espero que sí. Los hombres de iglesia somos de esperanza, y así hay que transmitirla. Este año hay más actividad que en 2020 y pienso que es un paso intermedio hacia la normalidad. En los procesionistas veo tristeza, pero también ilusión por ese mañana. Estoy convencido de que cuando se recuperen las procesiones serán muchas más las personas que desfilen. Cartagena se va a volcar.