Semana Santa

El Rescate rocía Murcia en Martes Santo de ese amor que libera de la esclavitud

Serenidad, pies descalzos y, por supuesto, sin caramelos ni jolgorio en el cortejo de San Juan Bautista

Ana Lucas

Ana Lucas

Con las manos atadas y de pie sobre un manto de claveles rojos era sacado a la calle Nuestro Padre Jesús del Rescate. Lo hacía detrás de su madre, rodeada de cirios y alzada sobre flores naranjas, rosas y moradas. Flores que ni necesita ni alivian el dolor y la angustia de su semblante, porque nada duele más que el dolor que infringen a quien más quieres. 

En 2022, los cortejos de Martes Santo acortaban su recorrido ante la previsión de lluvia, la misma que, al día siguiente, haría llorar a los ‘coloraos’. Este Martes Santo, la procesión de la Hermandad de Esclavos de Nuestro Padre Jesús del Rescate y María Santísima de la Esperanza se lucía en su sobriedad. «Amor es aquello que a los que están libres reduce a esclavitud, y a los esclavos pone en libertad», dijo el filósofo Ramón Llull.

Serenidad, pies descalzos y, por supuesto, sin caramelos ni jolgorio en el cortejo que partió desde San Juan Bautista.

Al rato, en una iglesia cercana, móviles al alza para captar el instante en el que la talla más antigua de la Semana Santa murciana cruzaba el dintel del templo. Desde el Conjunto Monumental San Juan de Dios partía el cortejo procesional de la Pontificia, Real, Hospitalaria y Primitiva Asociación del Santísimo Cristo de la Salud, un crucificado austero que invita a santiguarse y a callar. A orar en silencio. A pedirle, pero también a darle las gracias.