Luz tenue en el teatro Romea. Sobre el escenario, Francisco Martínez-Escribano, decano de los abogados de Murcia y encargado de pregonar la Semana Santa de la ciudad. Mucha de la gente que ocupó ayer el patio de butacas -el teatro estuvo lleno, pero la luz solo permitía verlos a ellos- grababa con su móvil lo que ocurría, como ya es costumbre en este tipo de actos. Y no era para menos: el pregonero, solemne, divertido, devoto y ordenado, se acompañó del centenar de músicos que forman la banda sinfónica de la Agrupación Musical Juvenil de Cabezo de Torres, dirigida por Andrés Pérez; un espectáculo único que fue aplaudido por los miembros de la familia semanasantera.

Francisco Martínez-Escribano ofreció un pregón fresco enraizado en la tradición. Con pudor por su elección, ya desde las primeras líneas de su texto advirtió al público, al que le rogó «misericordia» para juzgar las palabras que iba a pronunciar. No sin cierto tono de broma, el pregonero, que también es mayordomo de las cofradías de Jesús y del Cristo del Perdón, acusó a los miembros del Cabildo del 'trago' que todos debían pasar: «El cabildo es culpable directo de mi elección», bromeó en los prolegómenos para, más adelante, dejar claro que «al cometer el pecado de la elección», el cabildo debería «pagar la penitencia» de escucharle.

Todo lo contrario. Las seis partes más dos epílogos en los que el abogado dividió el pregón se deslizaron en el oído de los cofrades con facilidad. La prosa ágil del autor, que navegó entre recuerdos y reivindicaciones, se convirtió en una excelente puerta de entrada a la Semana Santa. Ya se escuchan los tambores y las marchas. Ayer ocurrió en el Romea.

Alegría y responsabilidad

La de Murcia es una Semana Santa «alegre», y los murcianos gozan de la particular idiosincrasia de la fiesta: «Murcia con sus procesiones se convierte en una ciudad de alegría, en museo vivo, mostrando en sus desfiles lo mejor de esta tierra, su arte, su artesanía más exquisita», declaró. Sentimientos que comparte con la ciudad: «Soy pregonero cristiano, y quiero ser pregonero alegre. Yo creo que nuestra alegría debe provenir de una intención real, de un interés y preocupación por los demás», dijo, convencido de que la misericordia cristiana debe ser uno de los motores que rija la vida de los cofrades.

Él, que es nazareno desde antes de nacer, pues su padre lo apuntó a la cofradía del Perdón con una fecha anterior a su venida al mundo, conoce todos los matices de la fiesta en Murcia: «Es una semana de colores, de túnicas azules, magentas, rojas... De olores a incienso y a azahar, de los sonidos de bocinas y trompetas y de los sabores de los caramelos, pastillas, monas, huevos y habas», expresó.

¿Un juicio justo?

Reconoció Francisco Martínez-Escribano que el pregón de un abogado no podía dejar el tema legal de lado. Por eso, uno de los capítulos de su texto estuvo dedicado a reflexionar sobre el juicio que llevó a Cristo a la cruz, «parte fundamental de la Pasión y desencadenante de la misma». También aprovechó para hacer un homenaje a la mujer nazarena, «a las mujeres que no dudaron nunca en el amor, que son símbolo de fortaleza, de entrega, de fe, de valentía y de misericordia».

Un acto original

El pregón de Francisco Martínez-Escribano fue de música, imagen, palabras y silencios. La Agrupación Musical Juvenil de Cabezo de Torres interpretó, en momentos señalados de la intervención del pregonero, marchas como La Madrugá, de Abel Moreno, o Cristo de la Sangre, de José Vélez. Además, imágenes de la Semana Santa de Murcia se proyectaron en una gran pantalla situada tras el pregonero y los músicos.

Acabó el pregón. Momento de felicitaciones y abrazos y de volver a la calle. Aunque tras la lectura lo hicieron con una certeza: ya llega. Toca preparar las túnicas y el capuz.

Pregón de la Semana Santa de MurciaVIDEO | Este es el ambiente que había en el Teatro Romea de Murcia para el pregón de la Semana Santa de #Murcia Toda la información en https://www.laopiniondemurcia.es/semana-santa/ #SSantaMurcia Página del Cabildo Superior de Cofradías de MurciaPosted by La Opinión de Murcia on Domingo, 28 de febrero de 2016