La cofradía california cerró ayer una jornada marcada por el ambiente encarnado que pronto comenzó en Santa María de Gracia con los preparativos de la procesión del Prendimiento, donde la hermandad volvió a mostrar todo su excelso patrimonio a través de doce tronos.

Granaderos, nazarenos, soldados romanos y tercios demostraron una vez más la rectitud del procesionar cartagenero siguiendo los pasos marcados a golpe de tambor y al sonido de las marchas ´semanasanteras´ de las bandas de música.

Pero las verdaderas protagonistas fueron una vez más las tallas barrocas de la cofradía del Prendimiento. La Santa Cena, la Oración en el Huerto -con tallas restauradas por la Comunidad Autónoma- y el Ósculo precedieron al titular de la cofradía, el Cristo del Prendimiento, para continuar la narración de la Pasión con el Juicio de Jesús, el Arrepentimiento de San Pedro, la Flagelación -a hombros-, la Coronación de

Espinas y la Sentencia de Jesús -también portado-.

El broche de oro lo dieron de nuevo los tres apóstoles -Santiago, San Pedro y San Juan- que abrieron camino al bello trono de la Virgen del Primer Dolor, la Madre de los californios, que volvió a lucir clara e impoluta a su paso por las calles de la ciudad.

A su llegada a Santa María, una lluvia de pétalos de rosa cayó desde el cielo para entonar la Salve popular, al unísono, entre los miles de cartageneros que no quisieron perderse uno de los cortejos más artísticos y llamativos de la Semana Santa.