l. o.
01·04·15 | 22:50 | Actualizado a las 15:03
La cofradía california se despide de los cortejos pasionales de la Semana Santa con una de las procesiones más recogidas de cuantas recorren las calles de la ciudad, la procesión del Silencio y del Cristo de los Mineros.
Un cortejo que se caracteriza por la penumbra que se adueña de las calles a su paso y con la carencia de música, salvo el golpe de tambor con sordina que abre el desfile encarnado. Es el broche de oro de la cofradía del Prendimiento, que saldrá de la iglesia de Santa María sobre las nueve de la noche y, en medio de la oscuridad, y con el sonido del tintineo de los cristales de los hachotes, el Ecce Homo cruzará la rampa del templo dispuesto a procesionar en silencio.
A su paso por las calles del centro, el canto de las saetas acompañarán el cortejo que va apagando las luces de farolas y comercios a su paso, en claro respeto.
Las tallas del Cristo de los Mineros y de la Vuelta del Calvario también ganarán miradas de los fieles que se volverán a concentrar durante todo el recorrido. La Santísima Virgen de la Esperanza, cargada de luces que elevan el color de su manto hacia el cielo, cerrará la procesión california y será despedida por los fieles en la puerta de Santa María con la última salve popular encarnada, aunque antes se cantará el Miserere. Si algo caracteriza esta procesión es el silencio por lo que los cofrades del Prendimiento reclaman el máximo respeto al paso de la Pasión de Cristo en imágenes.