Hoy, 19 de septiembre, se cumple un año de la erupción del volcán Cumbre Vieja de La Palma. Fueron tres meses de pesadilla para una población que veía como la lava engullía sus casas y enseres. Pero también meses de confinamientos y mascarillas para evitar los efectos de los gases y las cenizas del volcán en la salud. 

Y mientras todo esto sucedía un grupo de profesionales sanitarios del Hospital Universitario de la Palma, especializados en alergias, y el apoyo de Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), iniciaban un estudio observacional con el fin de determinar cuál iba a ser el impacto que estas cenizas y gases iban a tener en la población de la isla que padecía alergias.

Pues bien, pasado un año de la erupción y 6 meses después del inicio del estudio, estos especialistas han determinado que el 30% de la población alérgica adulta y el 15% de la población alérgica pediátrica que estaba bien controlada antes de la erupción volcánica presenta empeoramiento de los síntomas bronquiales. 

Y este agravamiento de los síntomas se produce tanto entre aquellos pacientes que residían y residen en las zonas más cercanas al volcán como aquellos que sus rutinas diarias transcurren en zonas más alejadas. 

Los síntomas cutáneos y rinoconjuntivales no se agravaron 6 meses después de la erupción EFE/Miguel Calero

Las consecuencias de la erupción a medio y largo plazo

Como cuenta la doctora Zulay Almeida, alergóloga de Hospital Universitario de La Palma y miembro de la SEAIC, nada más iniciarse la erupción los alergólogos vieron cómo se incrementaba el número de consultas por las reacciones cutáneas, rinoconjuntivas y bronquiales que causaban las cenizas y las emisiones del volcán. 

Estas reacciones eran esperables, pero los especialistas se plantearon qué consecuencias tendría la erupción en los pacientes alérgicos a medio y largo plazo. 

Así surgió la idea de realizar este estudio, para el que los especialistas delimitaron tres zonas en la isla en función de la intensidad de la exposición a las emisiones del volcán.

  • Se consideró zona de alta exposición el área que comprende los municipios de El Paso-Los Llanos-Tazacorte;
  • La zona de exposición intermedia en los municipios de Villa de Mazo, Breña Alta-Breña Baja, Santa Cruz de la Palma y Fuencaliente. 
  • El resto de la isla, la zona norte, fue considerada como el área de baja exposición y fue utilizada como grupo control.

Los síntomas cutáneos y rinoconjuntivos, a medio plazo

La doctora Almeida explica que:

"A través de este estudio hemos valorado cómo la erupción ha repercutido en los síntomas cutáneos-rinoconjuntivales y bronquiales. Los datos obtenidos en población adulta y pediátrica reflejan que los síntomas rinoconjuntivales se exacerban durante la erupción del volcán, presentando correlación directa al grado de exposición, con una recuperación casi completa al cabo de 6 meses".

Además, puntualiza que "los síntomas cutáneos se exacerban en un 10% de la población de estudio durante el volcán, tanto pediátrica como adulta, y vuelven a su estado basal al cabo de 6 meses". 

Según la alergóloga de Hospital Universitario de La Palma, "estos datos nos permiten afirmar que tanto la afectación cutánea como la rinoconjuntival producida por la erupción volcánica no parecen tener consecuencias a medio plazo". 

"Las erupciones volcánicas constituyen una de las fuentes más importantes de gases tóxicos, cenizas, humos y aerosoles en la atmósfera.

Un 30% de los pacientes alérgicos han visto empeorar sus síntomas bronquiales

Sin embargo, los pacientes alérgicos con síntomas bronquiales sí se han visto más afectados por la erupción del Cumbre Vieja. Y como explica la alergóloga:

  • "Un 30% de la población que estaba previamente bien controlada ha empeorado su condición de salud al cabo de 6 meses y solo un 15% de la población pediátrica muestra este empeoramiento".

Además, este agravamiento de los síntomas ocurre no sólo en la zona más afectada por el volcán, sino también la zona de exposición intermedia. Ello sugiere que:

  • "Se necesitan menores concentraciones de cenizas para afectar a la vía aérea inferior y que, independientemente de que el volcán haya sido declarado como apagado, seguimos estando expuestos a cenizas que se removilizan con el viento". 

Hasta aquí la segunda fase del estudio. Ahora se siguen recogiendo datos para determinar los efectos del volcán en la población alérgica adulta e infantil pasado un año. “El estudio a los 12 meses - concluye -  nos indicará si esta parte de la población mantiene el empeoramiento registrado a medio plazo o, por el contrario, ha mejorado”.

Según la doctora Teresa Carrillo, “la investigación contempla 3 fases diferentes. Durante el proceso eruptivo, a los 6 meses y al cabo del año. Para ello hemos utilizado cuestionarios diseñados ad hoc y otros validados tipo ESPRINT-ACT. Nuestro principal objetivo - prosigue - es evaluar el impacto que va a tener la inhalación de material particulado, tipo gases y cenizas, en la población alérgica de la isla, no en la población general, a corto y largo plazo”. 

Los peligros de la contaminación para la salud

El doctor Ignacio Dávila, presidente electo de la SEAIC, explica que “la contaminación atmosférica es responsable de la muerte de millones de personas y representa el mayor factor de riesgo de mortalidad prematura en todo el mundo, además de ser un factor clave en el aumento actual de las enfermedades alérgicas”. 

El especialista afirma que:

  • "Las erupciones volcánicas constituyen una de las fuentes más importantes de gases tóxicos y material particulado como cenizas, humos y aerosoles en la atmósfera. Estas emisiones provocan efectos adversos en el medio ambiente, el clima y la salud de las personas expuestas".