Se toman durante cualquier época del año, pero los helados son los reyes del verano. Tal es así que, según datos facilitados por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la mitad del consumo anual de helados en España tiene lugar durante los meses de junio, julio y agosto. 

Los españoles consumieron 149 millones de litros de helado entre junio de 2020 y mayo de 2021, un 4 % más que en el mismo período del año anterior. 

Para algunos es un vicio, pero para otros es una forma muy agradable de refrescarse durante los meses de calor. Pero ¿es un helado la mejor forma quitarnos la sed? Pues como apunta la profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, Mariona Bolfegó, un consumo habitual de helados ultraprocesados no es la elección más saludable para hidratar el cuerpo. 

Y hay más, contrariamente a lo que pueda pensarse, sus elevados niveles de azúcar incrementan la sed en lugar de quitarla.

Dos bolas de helado o un polo contienen 25 gramos de azúcar.

Dos bolas de helado o un polo contienen 25 gramos de azúcar

"Los helados de agua y los helados a base de leche o nata tienen un alto contenido de azúcares (sacarosa, glucosa, etc.), que representa como mínimo un 20 % o un 30 % de su peso total. Dos bolas de helado pequeñas o un polo de hielo contienen unos 25 gramos de azúcar, el equivalente a cuatro cucharadas de postre de azúcar", explica Bolfegó, también dietista y experta del máster de Nutrición y Salud de la UOC. 

En este punto, la especialista nos recuerda que esos 25 gramos de azúcar son la cantidad máxima de ingesta diaria de azúcares aconsejada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en adultos y niños. Lo que supondría que no deberíamos tomar más azúcar durante ese día. 

Además, un estudio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), publicado este año, concluye que el consumo de azúcares añadidos y de azúcares libres debe ser lo más bajo posible como parte de una dieta adecuada desde el punto de vista nutricional.

En este sentido, tanto Balfegó como Montserrat Rabassa, también profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, recomiendan en el marco de una dieta saludable como la mediterránea y la gran mayoría de las guías alimentarias actuales, reducir al máximo el consumo de este tipo de azúcares que pueden encontrarse en productos como los helados ultraprocesados, entre otros.

Helados y diabetes, ¿compatibles?

Expertos del Centro para la Innovación de la Diabetes Infantil del Hospital Sant Joan de Déu (CIDI) apuntan que tanto los adultos como los niños con diabetes tipo 1 pueden comer helados en verano, pero es importante que tengan en cuenta el tipo y los componentes del producto. 

Siempre que sea posible aconsejan leer la etiqueta nutricional para saber qué componentes tiene y qué tipo de edulcorante utiliza. 

En cualquier caso, la mejor opción para los pacientes con diabetes son los helados caseros o artesanales (artesanales de verdad…).

La razón está en que, al hacerlos en casa, los ingredientes son de mayor calidad y se puede controlar mejor la cantidad de azúcar que les echamos mientras los preparamos. 

La mejor opción para las expertas de la UOC son los helados caseros o artesanales.

¿Polo de hielo o helado de leche?

A la hora de que un diabético elija que tipo de helado elegir, las expertas de la UOC, señalan la importancia de saber escoger bien el tipo de helado, por sus efectos en los niveles de glucosa en la sangre, en función de si sube de forma más o menos rápida. 

  • "Los azúcares, las grasas y los aditivos que incorporan también pueden contribuir al aumento de peso corporal, de la glucosa en sangre o del riesgo de sufrir enfermedades del corazón. En este sentido, hay que tener en cuenta la aportación de azúcares y grasas saturadas de los helados, así como el rápido incremento de los niveles de glucemia e insulina en la sangre", explica Balfegó.

Según Rabassa, hay que tener presente que el cuerpo no responde de la misma forma al consumir un helado de hielo —que está hecho básicamente de agua, azúcares y colorantes— que cuando consume un helado a base de leche o nata. 

"En el caso del helado de hielo, el azúcar sube más rápidamente en la sangre. En cambio, con el helado de leche este proceso no es tan rápido: la absorción de los azúcares es más lenta debido a la composición nutricional", aclara.

Cuantos menos ingredientes, mejor

En cualquier caso, sea el tipo de helado que sea, lo más importante según las expertas de la UOC es la calidad de los ingredientes.

  • "Por este motivo, hay que evitar al máximo los helados ultraprocesados, porque incluyen azúcares, grasas, sal y aditivos. Utilizan varios ingredientes, como caseína, lactosa, gluten, aceites hidrogenados, jarabe de glucosa o fructosa, conservantes, colorantes, edulcorantes o potenciadores del sabor", explican.
  • "Estos productos comerciales hiperpalatables, que contienen varios ingredientes que los hacen más sabrosos, pueden convertirse en adictivos, porque estimulan el sistema de recompensa del cerebro", remarca Rabassa. 

Para evitarlo, la profesora da un consejo que también sirve de guía para elegir la opción más saludable: "cuantos menos ingredientes tenga la composición de un helado, mejor; significará que está menos procesado".

Ideas para preparar los mejores y más saludables helados caseros

Para no quedarnos sin helado este verano, estas expertas ofrecen algunas ideas para prepararlos en casa de forma saludable. Por ejemplo, puede utilizarse fruta triturada y congelada (fresas, arándanos, melón, etc.), leche, yogur, cacao puro, frutos secos, aguacate o dátiles, entre otros. 

"Un helado casero con chocolate y frutos secos puede ser bastante calórico, pero no tiene nada que ver con un helado ultraprocesado; el tipo de grasas y azúcares no es el mismo", añade Balfegó.

Como alternativa saludable, la experta también aconseja los yogures helados, con una base 100 % de yogur natural, que ahora pueden encontrarse en los supermercados.