Hay millones de personas alrededor del mundo que tienen riesgo de padecer coágulos de sangre, los cuales pueden ser fatales si llegan a algunos órganos como los pulmones. Además, en ocasiones incluso causan la amputación de dedos o de una pierna.

La warfarina es uno de los medicamentos que se emplea con el fin de prevenirlos, y es uno de los más usados debido a la facilidad con la que se administra, pues solo hay que tomarse una pastilla, la cual consigue “diluir” la sangre.

Por supuesto, al hacer la sangre mucho más fluida hay efectos secundarios que son frecuentes y que hay que conocer.

El principal efecto secundario son las hemorragias

Hemos de tener en cuenta que cuando tomamos Warfarina nuestra sangre es más líquida de lo normal, por lo que la posibilidad de padecer una hemorragia o un sangrado excesivo aumentan. 

De este modo, no son raras las hemorragias nasales, que pueden llegar a ser intensas, y también que si nos hacemos un corte en la mano sangre bastante y tarde más de lo normal en coagularse.

Las mujeres pueden notar que el sangrado menstrual es abundante y más intenso de lo habitual, algo que entra dentro de lo habitual con este medicamento, aunque conviene comentarlo con el médico.

También se reportan casos de personas que al cepillarse observan cómo les sangran las encías, y otras notan que les aparecen moratones grandes cuando se dan golpes pequeños.

El sangrado es más frecuente en los tres primeros meses

No todo aquel que toma warfarina experimenta estos problemas, pero si es nuestro caso hemos de saber que el riesgo de sangrado es mayor en los tres primeros meses de tratamiento, bajando después.

Parece que la genética tiene mucho que ver en esto, de forma que si nosotros estamos en el grupo que la tolera mal y hemos notado estos efectos no deseados, lo mejor es consultar con el médico, que ajustará la dosis con el fin de evitar que sangremos, algo que puede ser normal hasta cierto punto, pero que no gusta a nadie.