La leche es un alimento presente en la dieta de millones de personas en nuestro país. Es un alimento nutritivo que procede de animales como las vacas y que podemos encontrar en el mercado en distintas variedades, como leche entera, semidesnatada y desnatada. Vamos a ver sus cualidades y diferencias a continuación.

Diferencias entre leche entera, semi y desnatada

El ser humano ha bebido siempre leche entera, puesto que la leche desnatada y semidesnatada no se comenzó a utilizar hasta los años 70 del siglo pasado. En esa época la población empezó a demandar alimentos con menos grasas y calorías y fue cuando los productores de leche innovaron en este sentido.

La diferencia más importante entre los distintos tipos de leche es el porcentaje de grasa, puesto que el resto de nutrientes permanecen más o menos inalterados. En la leche entera, el porcentaje de grasa debe ser superior al 3,5 %, en la semidesnatada el porcentaje oscila entre el 1,5 % y el 1,8 %, mientras que en la leche desnatada es de menos del 0,1 %.

Esto tiene una influencia en el aporte de calorías. Por cada 100 gramos de leche, la entera aporta 66 kilocalorías, la semidesnatada 45 kilocalorías y la desnatada 35 kilocalorías. Por lo demás, el aporte de vitaminas, proteínas y minerales es muy similar, así como el aporte de calcio, que es el más conocido de la leche.

¿Entonces no hay apenas diferencias?

Lo cierto es que sí, aunque con matices. La leche desnatada presenta menores cantidades de vitaminas A, D y E, que se pierden al reducir prácticamente toda la grasa, aunque algunos fabricantes la enriquecen con estas vitaminas de manera artificial.

En cuanto al calcio, existen estudios que afirman que es importante cierto nivel de grasa para favorecer su absorción, así que la leche entera es la que resulta más beneficiosa en este sentido. Y tú, ¿con qué tipo de leche te quedas?