En la actualidad 7 de cada 10 colegiadas farmacéuticas son mujeres, lo que supone un 71,7% del total. El sector farmacéutico está feminizado. Esto mismo ocurre en la Región, donde un 63,9% de las colegiadas son mujeres. Las trabajadoras desempeñan su función en los distintos campos profesionales del sector farmacéutico: administración, docencia, laboratorio, distribución, industria o farmacia hospitalaria (FH).

La farmacia hospitalaria es una de los ámbitos más desconocidos de la profesión. Se trata de una especialización que en su origen se encargaba de la custodia, conservación y distribución de los medicamentos en los hospitales. Pero con el paso del tiempo, el rol del FH ha evolucionado y crecido en funciones.

El foco en el paciente

En los últimos años el papel del farmacéutico se ha ido centrando cada vez más en el paciente. Mari Carmen Mira Sirvent, jefa de servicio de Farmacia en el Complejo Hospitalario Universitario Área 2 de Cartagena, explica que “hemos ido reorientando nuestra actividad no solo hacia la búsqueda de un uso eficaz, seguro y eficiente de los medicamentos, sino en procurar obtener los mejores resultados posibles en la salud de los pacientes, haciéndolos corresponsables de su proceso y trabajando en equipo con el resto de profesionales”.

Asimismo, Mari Carmen Mira Sirvent señala que gracias a “la monitorización de fármacos conseguimos individualizar la dosis de medicamentos teniendo en cuenta los factores fisiopatológicos y clínicos del paciente optimizando así los resultados del tratamiento”. Y añade que “es fundamental el manejo multidisciplinar del paciente y la integración del farmacéutico en los equipos asistenciales”. De hecho, cada vez es más común ver a farmacéuticos integrando grupos de trabajo y comités clínicos.

La humanización a la hora de atender a un paciente se ha convertido en un punto clave. Fruto de trabajar en esta línea se ha avanzado hacia “la telefarmacia, que consiste en la atención farmacéutica telefónica, la dispensación y administración a domicilio de medicamentos, para evitar el desplazamiento innecesario del paciente al hospital de día”. De esta forma se trabaja para que los pacientes reciban su tratamiento en condiciones óptimas y con la información adecuada.

“El servicio de farmacia ha tenido un interés constante en avanzar en la calidad del servicio que proporciona”

Mari Carmen Mira Sirvent - Jefa de servicio de Farmacia en el Complejo Hospitalario Universitario de Cartagena

Rol durante la pandemia

Las restricciones vividas durante la pandemia hicieron que el servicio de farmacia hospitalaria tuviera que adaptarse rápidamente a la nueva situación. Josefa León Villar, jefa de servicio de Farmacia del Hospital Morales Meseguer, revela que el objetivo principal de este servicio durante la pandemia fue que ningún paciente en tratamiento hospitalario dejara de recibirlo. Para ello, ha sido fundamental “gestionar la escasez de medicamentos esenciales en un mercado nacional con muchas roturas de stock, resolver las incertidumbres en el uso de medicamentos para tratar a los pacientes tanto ingresados como ambulantes con la Covid-19 y acercar los tratamientos hospitalarios a los hogares y a los centros sociosanitarios”.

Para evitar las esperas y aglomeraciones de pacientes se han ampliado los horarios de recogida de medicamentos, se ha fomentado la telefarmacia y la dispensación a domicilio en determinados pacientes. De hecho, se han establecido nuevos circuitos intrahospitalarios y con atención primaria para la administración y dispensación de estos medicamentos a pacientes candidatos al mismo.

“El medicamento ha sido el que ha viajado hacia el paciente, al contrario de como venía ocurriendo”

Josefa León Villar - Jefa de servicio de Farmacia del Hospital Morales Meseguer

Mª Sacramento Díaz Carrasco, jefa de sección en la Unidad de Farmacia Oncológica del Servicio de Farmacia en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, señala que en su hospital “la consulta de farmacia oncológica surgió por una necesidad durante la pandemia. No queríamos que los pacientes oncohematológicos tuvieran mucho contacto con otras personas. Se creó la consulta en el hospital de día en el que eran atendidos para evitar el contacto por el riesgo de infección porque muchos de los pacientes están inmunodeprimidos”.

Pacientes oncohematológicos

“La oncohematología es el área de desarrollo de medicamentos más potente que existe actualmente, el presupuesto destinado a investigación y el elevado número de medicamentos comercializados en los últimos años no tiene un reflejo, ni parecido, en cualquier otra área terapéutica”, manifiesta Josefa León Villar. La investigación supone nuevas oportunidades para los pacientes con cáncer, pero para ello es necesario que los profesionales que trabajan en estos campos estén en continúa formación. Esto hace que sea inviable que todos los farmacéuticos cuenten con esta sobreespecialización.

Por su parte, Mª Sacramento Díaz Carrasco lleva más de 30 años trabajando en este sector, el que asegura que es un campo con un potencial de ayuda a los pacientes muy importante. La aparición de la inmunooncología ha incrementado las opciones terapéuticas de los pacientes. Dentro de este campo, la terapia de células T con receptores quiméricos de antígenos (conocida como CAR-T) ha cobrado gran relevancia. Consiste en hacer que las células inmunitarias llamadas células T (un tipo de glóbulos blancos) luchen contra el cáncer al alterarlas en el laboratorio para que puedan encontrar y destruir a las células cancerosas. Para realizar estos tratamientos, “es necesario que los farmacéuticos hospitalarios se integren en los comités de CAR-T a la hora de seleccionar pacientes, hacer protocolos de trabajo y manejo de pacientes. Estos medicamentos se tienen que almacenar criopreservados y son específicos de un paciente porque se elaboran a partir de sus células”, explica la farmacéutica Mª Sacramento Díaz Carrasco. El papel del FH es fundamental en este tipo de tratamientos porque la cadena de custodia es muy importante, desde las comprobaciones cuando se recoge hasta que se administra al paciente y se lleva a cabo la farmacovigilancia, es decir, el seguimiento de toxicidades y reacciones.

“Ha cambiado el servicio de farmacia hospitalaria porque hemos ido creciendo en funciones y hemos tenido un acercamiento directo a los pacientes”

Mª Sacramento Díaz Carrasco - Jefa de sección en la Unidad de Farmacia Oncológica del Servicio de Farmacia en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca

Ensayos clínicos e investigación

La investigación es uno de los pilares estratégicos de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Mari Carmen Mira Sirvent apunta que “el servicio de farmacia es un servicio indispensable en los ensayos clínicos con medicamentos. Somos responsables de que la conservación, distribución, devolución y documentación de los medicamentos en investigación sea segura y adecuada”.

Además, tal y como recuerda Josefa León Villar, “los farmacéuticos especialistas en farmacia hospitalaria son miembros obligados por ley en los Comités de Ética de la Investigación con Medicamentos (CEIM) de los hospitales”. Además, “colaboramos junto al resto de profesionales del comité a que los ensayos clínicos que se realizan en el hospital con nuestros pacientes sean ética y metodológicamente correctos para lo cual se realizarán las recomendaciones de mejora oportunas o en su defecto, se rechazan aquellos otros que no cumplen con los mínimos de calidad establecidos”. Josefa considera que el FH tiene un rol insustituible en la investigación de medicamentos.

El FH en la adherencia al tratamiento

La relación entre el paciente y el farmacéutico de hospital se hace especialmente evidente en la dispensación a pacientes externos (pacientes no ingresados y que no requieren de la administración del medicamento en el hospital) de medicamentos de uso hospitalario, como algunos de los medicamentos para el cáncer, la esclerosis múltiple, la hormona de crecimiento, VIH o hepatitis C. “Las actuaciones del farmacéutico en la atención a pacientes externos van encaminadas a mejorar la adherencia de los pacientes al tratamiento, proporcionando información que aumente el conocimiento que tiene sobre el mismo y por tanto el empoderamiento y a mejorar la seguridad mediante la detección y resolución de problemas relacionados con los medicamentos”, desvela Mari Carmen Mira Sirvent.

Para conseguir el objetivo farmacoterapéutico es indispensable una comunicación continúa entre el FH, el médico especialista y el de atención primaria para compartir información y ser ágiles a la hora de realizar cambios en el tratamiento de los pacientes. En muchas ocasiones la adherencia puede estar condicionada por los efectos secundarios o aspectos psicológicos y es importante detectarlo.

El papel del FH ya no se limita exclusivamente a la custodia, distribución y administración de medicamentos, sino que se han convertido en un punto clave en el éxito del tratamiento. 

Becas BPS

La formación americana BPS es una certificación que reconoce diferentes especialidades farmacéuticas tras seguir un programa formativo de rigor y calidad con orientación clínica. La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria cuenta con diferentes grupos de trabajo. Uno de ellos es GEDEFO, el grupo de farmacia oncológica, que fue el primero en impulsar estar formaciones hace ya 20 años. Las titulaciones tienen una validez de 7 años y en cada edición impulsan 20 becas para formar a FH en España. Mª Sacramento Díaz Carrasco asegura que gracias a estas becas “la formación de los farmacéuticos que trabajamos en el campo de la oncohematología ha subido el nivel y eso nos permite dar una mejor atención a los pacientes”. 

Contenido impulsado por Celgene, una compañía de Bristol Myers Squibb